(07) PLANETA ENFERMO / Rodrigo Restrepo G

. 31 de julio de 2006
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Ya había hecho referencia al título de este ensayo en uno anterior. Cada vez se hace más evidente esta afirmación. Pero, como médico que soy, hago la comparación con cualquier patología y me pregunto por la causa de dicha enfermedad y la probabilidad de cortar el círculo vicioso, si lo hubiere.

Un principio matemático, que se aplica en casi todas las ciencias, es el de “…hallada la causa, mitad del problema resuelto…” Es por ello que si se tiene un error de diagnóstico, no vamos a escoger la mejor alternativa de solución.

Otro principio a mencionar es el de la “…acción y reacción…”, el cual obedece a las leyes de la física y de la inercia: “…toda acción tiene su reacción…”. Este principio es el que nos permite también concluir que, si actuamos con agresión, de seguro el efecto o respuesta, en aras del equilibrio, será también agresión; y si se corta el círculo vicioso que está generando una enfermedad, se puede regresar al estado de salud previo a dicha enfermedad.

Los pueblos indígenas permanentemente nos dan lecciones de sabiduría cuando mencionan a la naturaleza como a la “madre tierra”. En algunos de ellos, cuando van a realizar una acción que pueda interpretarse como una agresión a la madre tierra, se toman el trabajo de pedirle permiso para ello, en aras de la subsistencia, y de retribuir o compensar el daño hecho. Si cortan una rama para fabricar una flecha, le piden permiso a la madre tierra y, en reparación, siembran un árbol.

Todo lo anterior como preámbulo para comentar la noticia internacional de la semana relacionada con “El desastre climático del mundo” (El Espectador, julio 30 de 2006), en la cual se contrastan las olas de calor con las lluvias extremas, tal como ha sucedido en Los Ángeles y Fresno, con temperaturas que superan los 40 grados centígrados, y los tifones en el oriente lejano o las granizadas de Argentina que produjeron daños en automotores y en aviones.

Definitivamente somos la causa de la enfermedad del planeta con nuestras acciones de agresión, pero también está en nuestras manos la cura. El pronóstico del efecto invernadero de los ambientalistas de hace algunas décadas es hoy una realidad. No digamos que la responsabilidad está en los gobernantes, pues muchos han asumido compromisos internacionales y no ha pasado nada. No bastará con incrementar la resiliencia de las poblaciones, tal como quedó expreso en el acuerdo de Hyogo. Tenemos que tomar acciones personales, familiares y sociales que promuevan e impulsen el cambio deseado.

Hagamos uso de la imaginación, de estrategias de información, educación y comunicación que contribuyan a devolverle la salud a nuestro planeta, lo cual redundará en bienestar para la humanidad. Incorporemos estas acciones en el concepto de Gestión del Riesgo y hagamos uso de los medios más efectivos para lograrlo. Uno de ellos es éste: La Web.


Adaptación al cambio climático // Adaptation to climate change from Simonwilchesc on Vimeo.



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