
Al interior de los países, no desde ahora sino desde hace ya varias décadas, se han presentado situaciones de desplazamientos por causa de la violencia; y esto no ha sido exclusivo de América Latina, pues en todos los continentes, de una u otra forma, período y magnitud, ha habido procesos de migración interna a causa de diversos tipos de violencia.
Se podría pensar que de la guerra, ni hablar, pues por todos es conocida la realidad de las miles de personas que cruzan fronteras huyendo de los horrores vividos o conocidos a causa de los conflictos internacionales. Pero hay que hablar de la guerra, pues a pesar de los años y las experiencias vividas en siglos pasados, se insiste en el armamentismo y el cultivo de odios que definitivamente no se solucionan a fuego, aunque los gobernantes de turno piensan que sí.
Hoy día, hablando de movilidad humana, ya se está vislumbrando que la problemática del desplazamiento, lejos de aminorar, tenderá a incrementarse, pues a los desplazamientos por causa de guerras internacionales y de conflictos internos, se sumarán los desplazamientos de la violencia doméstica, de la violencia organizada, del narcotráfico, del hambre, de los desastres, de las reformas agrarias, de los macroproyectos, de los cambios climáticos y hasta los de las falsas ilusiones.
Pero, a pesar de que el panorama es desalentador, lo importante es tener desde ya identificadas estas causas y procurar acuerdos y acciones internacionales para combatirlas, de manera conciente y consecuente con un planeta y una especie que ojalá nunca lleguemos a declararla en vía de auto-extinción. Se hace necesario velar por este propósito humanitario de subsistencia. Yo creo que aún tenemos tiempo.
Es el 20 de junio la fecha en que se dedican los titulares para evidenciar la situación mundial de los refugiados. No es una fecha para festejar sino para reflexionar. Para mostrar escenarios futuros si no se intervienen las causas estructurales. Para mostrar experiencias exitosas de abordaje y superación de las comunidades y procurar su adopción y adaptación en otros entornos y contextos. Pero también, para invitar a los ciudadanos a humanizar su convivencia consigo mismos y con la naturaleza. Los gobernantes deben tomar conciencia de su rol como estrategas del desarrollo, pensando en el ser humano, de manera integral, más allá de los intereses comerciales y económicos.
Esta es mi propuesta. No sólo a fortalecer las respuestas institucionales para responder de mejor manera a los desplazamientos masivos de población y a la implementación de políticas de protección, atención, rehabilitación y reparación. Propongo que también se dediquen recursos y tiempo en la evidencia de los escenarios si no damos marcha atrás en la continuidad de las causas estructurales del problema.
Lecturas recomendadas:
- Informe del ACNUR: Tendencias mundiales 2006 – Una revisión estadística de refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y personas apátridas (PDF 1MB, en inglés),, disponible en http://www.unhcr.org/statistics/STATISTICS/4676a71d4.pdf, consultado en junio 19 de 2007.
- Human tide: the real migration crisis. A Christian Aid report, May 2007, disponible en http://www.christian-aid.org.uk/indepth/705caweekreport/index.htm, consultado en junio 14 de 2007.
- Max-Neef Manfred: Nuevas perspectivas del concepto del Desarrollo a Escala Humana. Conferencia dictada el 18 de enero de 2007 en la sede de la Organizacion de Estados Iberoamericanos, disponible la presentación y el audio (1 hora + 20 minutos), en http://www.forodialogos.org/index.php?option=com_content&task=view&id=55&Itemid=76&lang=es , consultado el 3 de junio de 2007.