(43) DIA MUNDIAL DE LA SALUD 2009: HOSPITALES SEGUROS / Rodrigo Restrepo G

. 25 de febrero de 2009
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Hospital de Pisco, Perú. Contrastan, del lado izquierdo, uno de los pabellones que presentó daños estructurales importantes luego del terremoto de magnitud 7,9 el 17/08/07. Al frente, el nuevo pabellón, aún sin estrenar, que resistió la magnitud del evento y sirvió en su momento para la atención de heridos en masa inmediatamente después del desastre. (Foto Restrepo R, OPS, 21/08/07)


Será casualidad? Una moda? O una necesidad sentida y un objetivo concertado al cual hay que apuntarle y trabajar?

1. El tema/lema del día mundial de la salud el año anterior estuvo enfocado en la protección de la salud frente al cambio climático. Un llamado a la reflexión sobre los cambios trascendentales en el comportamiento del clima y sus efectos sobre la salud pública. Lo primero se ha reflejado en mayores y más intensos eventos adversos, en especial de origen hidrometeorológico. El sector de la salud tiene una enorme responsabilidad en la preparación del conocimiento y las estrategias para afrontar las consecuencias del cambio climático sobre la salud comunitaria.

2. La Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres tiene como tema/lema de la Campaña Mundial para la Reducción de Desastres para el bienio 2008-2009, “Hospitales Seguros Frente a los Desastres”, con lo cual la Secretaría de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de Naciones Unidas (UNISDR) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) alientan a los gobiernos a invertir más en seguridad hospitalaria.

3. Este año, el tema/lema del Día Mundial de la Salud es: “Hospitales Seguros”, el cual se celebra cada 7 de abril, pero que invita a trabajar durante todo el año en este propósito. La propuesta a las autoridades sanitarias es la de examinar el grado de vulnerabilidad de los centros de atención en salud, implementar estrategias para reducir la vulnerabilidad existente y construir los nuevos hospitales con los mayores estándares de seguridad para su infraestructura física. Yo agrego dos puntos más a la propuesta: establecer protocolos para que aquellos centros asistenciales afectados por desastres sean reconstruidos bajo los máximos estándares de seguridad que garanticen una baja vulnerabilidad ante desastres; y que en aquellos países que estén bajo disturbios sociales por conflictos armados internos o conflictos internacionales, sus centros asistenciales sean debidamente señalizados para garantizar el respeto al D.I.H. y no sean ni por error, impactados por municiones u otras armas de guerra.

Un hospital seguro es aquel que es capaz de resistir el embate de un evento adverso, de tal manera que su personal, sus equipos e insumos están en capacidad de atender la alta demanda de usuarios que fueron afectados por dicho evento adverso.

Quiere decir que los coordinadores, directores o gerentes de los centros asistenciales deberán planear y trabajar no solo en lo relacionado con la estructura física de sus instalaciones, sino también en el mejoramiento de la seguridad de aquellos elementos que no hacen parte de la estructura pero que, por ejemplo, al momento de un movimiento telúrico, podrían caer sobre los trabajadores, pacientes o sus familiares, causando daños físicos en las personas y en los mismos equipos que no hayan sido anclados debidamente. Pero también implica trabajar en la parte funcional; es decir, en establecer los procesos y procedimientos para la atención de heridos en masa y la disposición de los insumos y material médico-quirúrgico necesarios y suficientes para tal fin.

Salvar vidas y reducir el sufrimiento de las personas después de un desastre es el papel principal de un establecimiento de salud en el post-impacto inmediato. Hoy en día ya se cuenta con herramientas para medir la seguridad en los hospitales. Este sería el momento para comenzar a establecer esa evaluación inicial, que no es costosa y que se puede hacer con el concurso de todos los empleados y el apoyo externo de profesionales y técnicos debidamente entrenados.

Lecturas recomendadas:
  • Web de la OMS sobre el Día Mundial de la Salud 2008, consultado en 250209, disponible aquí.
  • Revista Cápsulas de la EIRD, enero de 2008, consultado en 250209, disponible en:
    http://eird.org/esp/capsulas/2008/enero.pdf
  • La OMS deplora el bombardeo de hospitales en Gaza, tomado del Centro de Prensa de la OMS, consultado en 250209, disponible aquí.
  • Nuevo Índice de Seguridad Hospitalaria de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), consultado en 250209, disponible aquí.
  • Video-mensaje de la Dra. Mirta Roses, Directora de la OPS, con ocasión del Día Mundial de la Salud 2009, aquí.
  • En Colombia se realizó una Teleconferencia. Detalles aquí
  • Más sobre el tema Hospitales Seguros, aquí.


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(42) CAPACITAR A LAS COMUNIDADES EN GESTION DEL RIESGO / Rodrigo Restrepo G

. 16 de febrero de 2009
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La evidencia de la magnitud, frecuencia y consecuencias de los desastres en el planeta nos ponen a reflexionar acerca de nuestro rol como académicos, técnicos, profesionales, consultores o autoridades que trabajamos en pro de la reducción de sus consecuencias sobre la población para la cual nos debemos, según nuestro mandato. Cada año se incrementa el número de heridos, muertos y damnificados por causa de los eventos adversos de origen natural, tales como los fenómenos hidrológicos, meteorológicos, geológicos o biológicos, sumando además los eventos de origen antrópico, tales como la degradación ambiental y las amenazas tecnológicas conexos a los eventos naturales.

Quizá sea muy difícil para nosotros, al menos en el momento actual, poder influir en la conciencia y en la superación de los intereses particulares de muchos de los gobernantes y tomadores de decisiones con alto grado de influencia global o territorial; pero sí podemos aplicar algo o mucho de reingeniería para preparar de la mejor manera a la comunidad y prevenir, al menos, el número de muertes que los desastres contemporáneos han dejado como estela de su paso.

En la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres, llevada a cabo en enero de 2005 en Japón, los diferentes representantes del Globo allí presentes aprobaron como informe de esa reunión, el “Marco de Acción de Hyogo para 2005 – 2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres”. En éste, se prevé como resultado o logro del encuentro el obtener la reducción considerable de las pérdidas ocasionadas por los desastres, tanto las de vidas como las de bienes sociales, económicos y ambientales de las comunidades y los países. Para ello, se identifican cinco grandes prioridades de acción y sus respectivas estrategias.

Una de estas prioridades consiste en la utilización del conocimiento, las innovaciones y la educación para crear una cultura de seguridad y de resiliencia a todo nivel. Y define la “resiliencia” como la “capacidad de adaptación de un sistema, comunidad o sociedad potencialmente expuesto a amenazas, con el fin de alcanzar o mantener un nivel aceptable en su funcionamiento y estructura”. Esa capacidad de adaptación, sea resistiendo o cambiando, va a estar determinada por el grado en que el sistema social es capaz de organizarse para incrementar su capacidad de aprender de los desastres pasados, a fin de protegerse mejor en el futuro, mejorando las medidas para la reducción de los riesgos.

En este orden de ideas, en la medida en que las comunidades se encuentren bien informadas y motivadas para asumir la cultura de la prevención y de resiliencia ante los desastres, podremos ver la implementación de las medidas de mitigación y preparativos necesarios para la reducción considerable de sus efectos. Ello implica por lo tanto, la necesidad de obtener, sistematizar y divulgar los conocimientos y la información pertinentes sobre las amenazas, los factores de vulnerabilidad y la capacidad de respuesta de la comunidad organizada, a manera de un sistema social activo empoderado en la cultura de la prevención.

El sector salud tiene una doble connotación en esta prioridad, pues como sector que tiene múltiples dimensiones determinantes, sufre en primera instancia los embates de la naturaleza y puede, en mayor o menor magnitud, verse afectado por el desastre. Pero también, es el sector de respuesta inmediata a los damnificados y heridos por causa del mismo evento adverso, y como tal, tiene una alta responsabilidad en el inicio del proceso de recuperación y restablecimiento. Entra en juego lo que en emergencias se conoce como “la hora de oro”, de cuyas acciones apropiadas y efectivas depende la supervivencia y recuperación de la víctima.

Han existido experiencias exitosas donde las autoridades han trabajado de la mano con la comunidad, con la conformación de comités barriales de emergencia, cuyos integrantes han recibido capacitaciones y formación técnica de calidad en todo lo relacionado con la gestión del riesgo. Los resultados de esta red social se han traducido en la disminución de víctimas y de mayores efectos sociales y económicos en esas municipalidades cuando se ha presentado algún evento adverso de tipo emergencia o desastre. Lamentablemente no en todos estos casos ha habido continuidad en los procesos o se han dejado de incorporar los elementos intersectoriales de los determinantes de la salud que de una u otra manera integran y forman esa cultura de la prevención, más allá de la prevención de los desastres.


Es hora de actuar en este propósito.

Lectura recomendada:
  • Marco de acción de Hyogo para 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres, consultado en 160209, disponible aquí


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