(30) EL DERECHO A LA SALUD / Rodrigo Restrepo G

. 9 de marzo de 2008
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“El Derecho a la Salud” es la forma abreviada de expresar su definición: El Derecho que tiene toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Y aunque el contenido de lo que representa esta definición es bastante amplio, como se expone abajo, en su texto hay una característica sobresaliente: el más alto nivel posible, lo cual supone el mayor esfuerzo posible para los Estados, la mayor cantidad de recursos disponibles para el sector; todo en busca de algo más que liberar al individuo de afecciones o molestias y proveer las condiciones que le permitan desarrollarse sanamente y gozar de un nivel de vida adecuado con el mayor nivel posible de salud.

Como se trata de un Derecho, la competencia legal de la garantía de este derecho recae directamente sobre Estado, a través de sus autoridades. Pero como no hay derecho sin deber, es responsabilidad de todos los ciudadanos velar por que nuestras acciones u omisiones no atenten contra el derecho que tiene la comunidad al goce efectivo de la salud. Además, existen los factores determinantes de tipo biológico o genético y los estilos de vida que de alguna manera influyen sobre la salud, más allá del ejercicio de la garantía del derecho a la salud por parte de los Estados.

Ahora bien, en el marco de los Derechos Humanos, existe un vínculo complejo entre éstos y el derecho a la salud, en la medida en que el no cumplimiento o la vulneración de los derechos humanos necesariamente repercute sobre la salud individual y colectiva. Para las comunidades más postergadas, la omisión de acciones para proteger y garantizar sus derechos fundamentales incrementa su vulnerabilidad a la enfermedad. Los tratos crueles, torturas físicas y psicológicas y otros tipos de prácticas proscritas en algunos de los derechos humanos repercuten de manera directa sobre la salud. Y la violación de derechos vinculados al desarrollo del derecho a la salud, como el derecho a la participación, a la no discriminación, a la intimidad y a la información, entre otros, también va a repercutir de alguna manera sobre la salud.

Son cuatro los criterios con los cuales se puede evaluar el respeto del derecho a la salud: Disponibilidad, Accesibilidad, Aceptabilidad y Calidad. Brevemente, sintetizo los elementos esenciales que deben constituir de manera integral el derecho al goce del más alto nivel de salud, tomando en cuenta de manera transversal los cuatro criterios ya descritos:
  • Condiciones sanitarias saludables, agua potable, saneamiento básico apropiado.
  • Suministro de alimentos y nutrición apropiada y balanceada.
  • Educación en prácticas saludables promotoras de salud.
  • Prevención y lucha contra enfermedades endémicas locales.
  • Inmunización contra las principales enfermedades infecciosas
  • Atención integral en salud y provisión de medicamentos esenciales en establecimientos seguros, cuyo funcionamiento se mantenga a pesar de los eventos adversos, en especial los de origen natural.
  • Implementación de programas dirigidos a la salud materno-infantil y la salud sexual y reproductiva.
  • Participación de la comunidad en la planificación, organización, funcionamiento y control, tanto en lo relacionado con la atención como en la formulación de políticas, en especial la facilitación de la participación de aquellas comunidades más postergadas o con mayor vulnerabilidad identificada.
  • Adecuado sistema de referencia y contrarreferencia.
  • Gestión interinstitucional para la atención integral de los problemas de salud desde los distintos sectores.
  • Fortalecimiento de los sistemas de información para el análisis y seguimiento de la situación de salud de la comunidad y para la rendición de cuentas.
  • Recursos humanos en salud preparados, comprometidos sensibilizados y bien remunerados, que tengan en cuenta los recursos comunitarios y sus saberes.
  • Garantía de la privacidad, la confidencialidad, la no discriminación y la equidad.
En la definición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio directamente relacionados con la salud se aprecian incorporados algunos de los elementos esenciales del derecho a la salud e inexorablemente todos ellos están incorporados en las Funciones Esenciales de la Salud Pública. En los planes de desarrollo territorial pero en particular en los planes territoriales de salud pública, deben incorporse estos elementos esenciales en busca de ese más alto nivel de salud, proponiéndose metas e indicadores, rindiendo cuentas de los esfuerzos para el logro de esas metas y apropiando los recursos necesarios y gestionando recursos de cooperación para la garantía del ejercicio del derecho a la salud.
Lecturas recomendadas:
  1. Nuestro derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, Human Rights Centre – University of Essex; International Federation of Health and Human Rights Organisations; mayo 2007, 7 páginas.
  2. Veinticinco preguntas y respuestas sobre salud y derechos humanos, Organización Mundial de la Salud, 2002, 26 páginas.
  3. El Derecho a la Salud, Programa Derechos Humanos del Centro Europa–Tercer Mundo – CETM, Ginebra, mayo 2006 (reimpresión versión corregida, septiembre 2006), 68 páginas.
  4. Derecho a la Salud. Situación en países de América Latina, Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo; Asociación Latinoamericana de Medicina Social – ALAMES; 2007, 250 páginas.
  5. Vea una Presentación preparada por el suscrito sobre El Derecho a la Salud en el marco del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, aquí.
  6. Otras publicaciones de la Organización Mundial de la Salud así como otros materiales relacionados con la salud y los derechos humanos, disponibles en www.who.int/hhr/activities/publications/en




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(29) DECLARACION CONTRA LA GUERRA

. 5 de marzo de 2008
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"Si los estados tienen la obligación irrenunciable de evitar los desastres para proteger la vida, la integridad, los bienes y las oportunidades de sus comunidades, con mayor razón tienen la obligación de impedir una guerra"




Recibí mensaje de miembros de La Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina - LA RED, quienes están convocando la firma de una declaración contra la guerra, a propósito de la crisis diplomática de esta semana entre Ecuador, Venezuela y Colombia. No dudé en adscribirme y solicitar autorización para su difusión por este medio. Este es el Contenido:

"DECLARACIÓN CONTRA LA GUERRA DESDE LA GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES

Marzo 4 de 2008

Suscribimos esta declaración (a título personal, a menos que se indique lo contrario) un conjunto de ciudadanos y ciudadanas oriundos o vinculados a América Latina y el Caribe, que en distintos escenarios y desde distintas profesiones y actividades, nos dedicamos de manera permanente a propiciar la reducción de los riesgos de distinto origen que pesan sobre nuestra región, con el objeto de evitar que se conviertan en desastres.

Con ese objetivo común trabajamos con instituciones y funcionarios de gobiernos nacionales y regionales, con autoridades locales, con organizaciones científicas, con organismos de socorro, con comunidades de base, con instituciones académicas, con medios de comunicación y con organismos internacionales, con los cuales hemos realizado aportes importantes y concretos, desde el pensamiento y desde la práctica, para que eso que llamamos “gestión del riesgo” entre a formar parte de las políticas públicas y, poco a poco, del quehacer normal y cotidiano de nuestras comunidades.

Hoy registramos con preocupación que, en este momento concreto, LA MÁS GRAVE AMENAZA QUE SE CIERNE SOBRE LAS GENERACIONES PRESENTES Y FUTURAS DE COLOMBIA, DEL ECUADOR Y DE VENEZUELA, ES LA GUERRA. Una amenaza que, a diferencia de algunas de origen natural, como los terremotos o las erupciones volcánicas, es totalmente evitable, pues sólo depende de la voluntad humana. Esta amenaza da lugar al peor de los desastres posibles, que anularía los avances que durante décadas han realizado Estados y comunidades con miras a eso que llamamos “desarrollo”, y solamente beneficiaría a quienes, a lo largo de la historia humana, han encontrado en la guerra un buen negocio. A costa, claro, de la vida, del sufrimiento, del dolor y de las pérdidas económicas, materiales, ecológicas y de oportunidades de los pueblos que las padecen. Fuera de éstos que llenan sus bolsillos con la muerte planificada, las guerras solamente dejan perdedores.

En gran medida la enorme destrucción que causó el huracán Mitch en Centroamérica, se debió al debilitamiento de los países que, durante años, fueron azotadas por la guerra.

Los habitantes del mundo tenemos derecho a la paz, que es una expresión concreta del Derecho a la Vida y a la calidad de la vida, sin el cual es imposible el ejercicio de los demás Derechos Humanos. Los ciudadanos y ciudadanas de Colombia, del Ecuador y de Venezuela, al igual que los de los demás países de la región, que inevitablemente se vería afectados por una guerra entre países hermanos, exigimos de nuestros gobiernos que se nos respete ese Derecho y que generen las condiciones que nos permitan ejercerlo.

No hay conflicto entre naciones que no pueda ni deba ser resuelto, de manera pacífica, dentro del marco del Derecho Internacional y teniendo como brújula la voluntad de Paz y el respeto a la vida.

Si los Estados tienen la obligación irrenunciable de evitar los desastres para proteger la vida, la integridad, los bienes y las oportunidades de sus comunidades, con mayor razón tienen la obligación de impedir una guerra. Tienen el deber de no provocar una guerra, por nobles, necesarios o altruistas que puedan ser o parecer los motivos que blanden.

Hacemos un llamado a las comunidades de todos los países de América Latina y del Caribe y a las instituciones y organizaciones nacionales e internacionales que desde distintos campos trabajamos en beneficio de la calidad de la vida de la naturaleza y de los seres humanos, para que de manera expresa y contundente reafirmemos ante los Gobiernos y Estados ese MANDATO ciudadano: tenemos Derecho a la Paz, tenemos Derecho a la Vida, tenemos derecho a un verdadero desarrollo, equitativo y democrático, y corresponde a ustedes y entre ustedes, de manera inmediata, establecer los acuerdos necesarios para que esos derechos sean respetados.

Ante nuestros países, ante la región y ante el mundo, dejamos constancia expresa de que no nos sentiremos representados por ningún Gobierno que incumpla ese MANDATO y que propicie una guerra.

Y a los medios de comunicación de todas las tendencias los convocamos para que difundan el Derecho a la Paz que tienen las comunidades, en lugar de atizar la hoguera con argumentos y pasiones para legitimar la guerra."

Firman:
  • GUSTAVO WILCHES-CHAUX
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - C o l o m b i a

  • ANTHONY OLIVER-SMITH
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Florida, Estados Unidos

  • ELIZABETH MANZILLA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED- México

  • RAUL ESTEVEZ – Venezuela

  • OMAR DARÍO CARDONA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Colombia

  • MISAEL MURCIA GARCÍA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

  • XIMENA GARCÍA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

  • PABLO TORREALBA - Chile

  • ALEJANDRO LINAYO
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela

  • ANDRÉS VELÁSQUEZ
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Colombia

  • CRISTINA ROSALES CLIMENT
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Colombia

  • NAYIBE JIMÉNEZ PÉREZ
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

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