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(86) LAS ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES SÍ SON TRANSMISIBLES / Rodrigo Restrepo G

. 20 de noviembre de 2013
15 comentarios


Quizá suene descabellado el título de este ensayo, pero de eso se trata, de aprovechar estos espacios que brinda la Web para colocar ideas en la comunidad e intercambiar y aportar al foro, con sus comentarios y sustentos.

Al grupo de enfermedades no transmisibles que son del mayor interés para la salud pública, pertenecen:
las enfermedades cardiovasculares, los diferentes tipos de cáncer; afecciones metabólicas o endocrinas como la diabetes y la obesidad; la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, la Enfermedad Renal Crónica, entre otras. Todas ellas son reconocidas por el común de la gente como enfermedades de la edad (referidas a las personas adultas mayores), achaques de la vejez, y toda una serie de estigmas y mitos.
Pero la realidad es que la mayoría de este grupo de enfermedades surgen como parte de un proceso de transmisión, llamado por uno de mis colegas como “de generación en degeneración”. Son el producto de los excesos de la juventud, cuando nos creemos los dueños del mundo y que nunca se nos va a acabar; pero también, son las consecuencias de los hábitos adquiridos de manera consuetudinaria y sin mala fe por parte de nuestros seres queridos.

En la infancia se aprenden los principios y los valores que los padres inculcan en sus hijos, los cuales terminan afianzándose o rechazándose de plano en la adolescencia. Justamente en mi infancia aprendí que cuando los hábitos de las personas atentan contra ellas mismas y contra su prójimo, se les llama vicios; mientras que si los hábitos producen bienestar a sí mismos y a sus congéneres, se les llama Virtudes. Precisamente, lo que muchos padres, madres, tíos, primos, amigos, conocidos y desconocidos están inculcando en los menores de edad son hábitos poco saludables, para nada generadores de bienestar: el consumismo de bienes y servicios sin una real necesidad o satisfactor desatendido; el estrés y la vida sin tiempo para nada; el sedentarismo o la poca disposición o capacidad para la realización de la actividad física mínima recomendada; la alimentación desbalanceada, baja en nutrientes, alta en calorías y muy alejada del mínimo recomendado de consumo de frutas y verduras; el uso nocivo, compulsivo o pesado del alcohol; el consumo y exposición al humo del tabaco y sus derivados, entre otros.

Todos estos hábitos, que para nada son virtudes, son los que los seres humanos han transmitido “de generación en degeneración”, “contribuyendo” a la transición epidemiológica global actual, donde la principal carga de enfermedad, discapacidad y muerte de la humanidad la constituyen, en más de dos terceras partes, las llamadas enfermedades no transmisibles. Quiero decir entonces que cuando a los menores les transmitimos hábitos poco saludables, como fumar, comer en exceso y con altas cantidades de grasa; usar el salero en la mesa del comedor, muchas veces sin probar previamente los alimentos; tomar en exceso bebidas azucaradas; dedicar demasiado tiempo libre frente al televisor; no aprovechar los todavía escasos espacios públicos para el esparcimiento, como los parques y ciclovías; cuando se les transmite la costumbre de que si en una fiesta o reunión no hay embriaguez, no hay diversión; y lo peor aún, cuando se les transmite la intolerancia y las respuestas soeces, agresivas y violentas ante las mínimas adversidades; en todos estos casos, les estamos transmitiendo en el largo, mediano y en algunos casos, en el corto plazo, la probabilidad muy alta de padecer alguna de estas enfermedades arriba mencionadas.

La buena noticia es que a esta epidemia se le pueden aplicar las estrategias de vigilancia y control en salud pública, hasta lograr reducirla y, por qué no, eliminarla. El hecho de tener priorizadas para Colombia unas metas y estrategias en el Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021, en la Dimensión de Vida saludable y condiciones no transmisibles, implica una vigilancia epidemiológica sobre una serie de indicadores alrededor de los modos, condiciones y estilos de vida saludable y el comportamiento de la carga de las enfermedades crónicas prevalentes, con una amplia participación transectorial y comunitaria, acompañados de las inversiones requeridas en los diferentes entornos para la promoción de estilos de vida saludables.

Además del trabajo que toda esta labor representa para lograr reducir el riesgo de los adultos jóvenes y de edad media que ya vienen afectados por los hábitos poco o nada saludables y que incluye el fortalecimiento del sistema de salud para afrontar la epidemia, nuestro reto es el de saber transmitir a los menores de edad los hábitos y estilos de vida que son protectores para la salud, acompañados de la transformación positiva de los entornos, que promuevan una cultura de la salud y del autocuidado.

Tenemos que saber transmitir a los menores de edad, ahora sí, de generación en generación, los buenos hábitos del uso apropiado del tiempo libre; de poder acceder y disfrutar de un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física, lo cual implica adecuaciones de infraestructuras y de procesos en los entornos escolares. Brindarles y garantizarles el derecho a la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de vida; y que en la transición a la incorporación de otros alimentos, enseñarles a comer frutas sin necesidad de endulzarlas; jugos con muy poco azúcar; comidas bajas en sal y sus dos o tres porciones diarias de vegetales, de diferentes colores. La mejor enseñanza es el ejemplo y el mejor ejemplo es que los menores nunca nos vean fumando o embriagados o haciendo uso de la violencia o la vulgaridad expresa o tácita.

Con toda esta transformación de hábitos alimentarios, de actividad física, de uso adecuado del tiempo libre y de los entornos adaptados para ello, sumado a las inversiones en la transformación positiva de los entornos y el trabajo responsable, honesto, justo y equitativo de las autoridades pertinentes en otros determinantes de la salud, lograremos controlar la transmisión pandémica de las enfermedades no transmisibles que, de no intervenirla, podría no solo reducir la esperanza de vida al nacer sino quizá diezmar la especie humana, antes que cualquier otra enfermedad infecciosa.

Abogo por la transmisión generacional de estilos de vida saludable y por una cultura que proteja la salud comunitaria desde los diferentes entornos de la dimensión humana. Y complemento con un par de documentales alusivos a la obesidad.





Lecturas recomendadas:
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(84) DÍA MUNDIAL DE LA SALUD 2013 – LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL / Rodrigo Restrepo G

. 31 de marzo de 2013
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El Tema-Lema para el Día Mundial de la Salud este año gira alrededor de la Hipertensión Arterial, una condición de salud que tiene una doble connotación, pues en sí misma es una enfermedad que tiene todo un complejo de causalidades y efectos que pueden llevar a la muerte de manera silenciosa. Pero por otra parte, se constituye en un factor de riesgo para otras enfermedades, principalmente cardiovasculares, que en su coexistencia agravan el pronóstico de quien las padece.


Cada año, la Organización Mundial de la Salud celebra el 7 de abril como el Día Mundial de la Salud, en conmemoración a la fecha de su constitución, que data de 1948; y el tema-lema es seleccionado de acuerdo con una esfera de interés prioritario para la salud pública mundial en virtud de su alto impacto negativo sobre las comunidades.

Entre las principales razones para la selección del tema este año, se tiene que:

  • En el grupo de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de muerte y enfermedad en todo el mundo, en particular, es causa de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, ceguera, vasculopatía periférica e insuficiencia cardiaca. Este riesgo se ve incrementado si la enfermedad coexiste con otras, en especial con la diabetes.
  • Uno de cada tres adultos en el mundo padece hipertensión arterial. Esta proporción aumenta con la edad: mientras en el grupo etáreo de 20 a 40 años se puede hallar hipertensión arterial en el 10% de ellos, de los 50 a 60 años esta proporción se incrementa al 50%.
  • A pesar de la eficacia de los medicamentos disponibles para su tratamiento y del bajo costo para controlarla, existen bajas tasas de tratamiento y control de la enfermedad en pacientes diagnosticados y mucho desconocimiento en la población general acerca de los factor de riesgo para la adquisición de esta enfermedad
  • En Colombia se ha estimado que un 49% de los ataques cardíacos y un 62% de los trastornos cerebrovasculares son causados por la hipertensión arterial. En la consulta externa es la causa más frecuente de motivo de consulta en la población general, en especial en la población mayor de 45 años, en ambos sexos.
  • De las primeras 20 causas de egreso hospitalario, las enfermedades isquémicas del corazón ocupan el tercer lugar aportando un 3,5% del total, la insuficiencia cardíaca aporta el 2,0% y la diabetes mellitus, el 1,6%. En el grupo de personas mayores de 50 años de edad, la enfermedad isquémica del corazón y la insuficiencia cardíaca congestiva ocupan el primer lugar de egresos hospitalarios.
  • Las enfermedades cardiovasculares toman lugares predominantes en el grupo de adultos mayores (65 y más años) como motivo de emergencias médicas: la hipertensión, la diabetes mellitus y las enfermedades isquémicas del corazón se encuentran entre las 10 primeras causas de consulta en el servicio de urgencias. Cuando se analizan los primeros motivos de consulta en el servicio de urgencias según el sexo, se aprecia que los hombres mayores de 45 años consultan principalmente por hipertensión arterial. En los mayores de 60 años además de la hipertensión arterial, las enfermedades del corazón y las cerebrovasculares se encuentran entre las 10 primeras causas de consulta. Las mujeres muestran un comportamiento similar con relación a la consulta por hipertensión arterial.
  • La Encuesta Nacional de Salud-2007, mostró que en el servicio de consulta externa la enfermedad hipertensiva lidera como causa de consulta en la población mayor de 45 años, con un 17,6% del total de las consultas médicas.
No obstante lo anterior, la hipertensión arterial no solo se puede prevenir sino que se puede tratar de manera apropiada y a bajo costo, pudiéndose evitar muertes y discapacidades secundarias a las complicaciones de la enfermedad.


El mensaje a mis amables lectores, en concordancia con los objetivos de esta fecha, va encaminado a que cada cual conozca cuáles son sus números de las cifras de la tensión arterial. Su medición se expresa en milímetros de mercurio (mmHg), que es lo que mide el equipo utilizado para ello, llamado tensiómetro. El primer valor corresponde a la presión sistólica, que es cuando el corazón se contrae; y el segundo valor, que se coloca como en el denominador de un número fraccionario, corresponde a la presión diastólica, que es la que queda en las arterias cuando el corazón se relaja. Con base en esto, la presión arterial normal es aquella que se encuentra por debajo de 140/90 mmHg. Si la medición alcanza o supera esta cifra, probablemente ya se tiene la enfermedad.

Conocer la cifra de tensión arterial es apenas el primer paso, pues si la cifra es normal, es bueno saber que no se está exento de padecerla más adelante en el transcurso de la vida, por lo que es pertinente iniciar acciones correctivas en el estilo de vida que contribuyen altamente a evitar su aparición.

Pero si las cifras de la tensión arterial ya superan el valor normal, es pertinente saber que no solo se puede controlar con medidas no farmacológicas y cambios en el estilo de vida, sino que también existen medicamentos que ayudan a controlarla, cuando las medidas no farmacológicas no son suficientes. Lo habitual es una combinación de ambas medidas, pero esto ya es una decisión que se toma en concertación con su médico tratante.

También es bueno saber que podemos detectar a tiempo si nos encontramos a riesgo de padecer esta y otras condiciones que pueden afectar la salud cardiovascular. Una de estas maneras de detectar el riesgo es a través de mediciones específicas del peso, la talla, el índice de masa corporal y la circunferencia abdominal. La combinación de estas mediciones nos da un indicador que no solo nos predice el riesgo potencial de enfermar del corazón y los grandes vasos sanguíneos, sino que, además, nos da pistas de por dónde debemos empezar a reducir y hasta eliminar dicho riesgo. Esto lo conoce su médico.

No obstante, existen aplicativos que ayudan a realizar este autoanálisis. Uno de ellos es el que ha dispuesto el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, a través de su Web, disponible en la URL: http://www.minsalud.gov.co/salud/Paginas/Peso-saludable.aspx el cual arroja una ficha técnica de los resultados su medición y las recomendaciones, articuladas con el Sistema de Salud.

En conclusión, la hipertensión arterial es un enemigo silencioso capaz de producir la muerte de una manera súbita y sin producir ningún síntoma previo. Si detectas al enemigo lo puedes evitar. Valora tu riesgo. Conoce tus cifras de tensión arterial y actúa en consecuencia, previniendo la enfermedad, reduciendo el riesgo o tratando la enfermedad con el apoyo de los profesionales de la salud. Disminuir la cantidad de sal de los alimentos es una de las medidas más costo-efectivas para la conservación de la salud y el bienestar frente a esta enfermedad. Otras medidas para reducir el riesgo de hipertensión arterial comprenden la activación del corazón a través de la actividad física regular:  30 minutos diarios de caminata son suficientes. Finalmente, la alimentación sana y balanceada en carbohidratos, proteínas y menos grasas son el complemento para la prevención y el control apropiado de la enfermedad. El exceso en la grasa de los alimentos endurece las arterias y agota el corazón. Coma sano, reduzca los fritos e incremente el consumo de frutas y verduras.

A continuación el mensaje de la Dra. Clarissa Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, con ocasión del Día Mundial de la Salud 2013.


Lecturas recomendadas:

  1. Healthy Living. Documento de la Organización Panamericana de la Salud con aspectos claves para una vida saludable. Disponible en http://172.17.52.4:9091/servlet/com.trend.iwss.user.servlet.sendfile?downloadfile=IRES-1569102706-DACD31B8-31497-31461-9 (consultado en 02-04-2013)
  2. Strategies to monitor and evaluate population sodium consumption and sources of sodium in the diet. Documento técnico de la Organización Mundial de la Salud acerca de una reunión internacional frente al tema y una metodología para la medicion de conocimientos, actitudes y comportamientos relacionadas con el consumo de sodio y la salud. Disponible en: http://172.17.52.4:9091/servlet/com.trend.iwss.user.servlet.sendfile?downloadfile=IRES-743565592-DD102DB0-31587-31556-21 (consultado en 02-04-2013) 
  3. Indicadores básicos de las Enfermedades no transmisibles en las Américas, 2011. Documento técnico de la Organización Panamericana de la Salud. Disponible en: http://172.17.52.4:9091/servlet/com.trend.iwss.user.servlet.sendfile?downloadfile=IRES-220046066-DACD31B8-31497-31461-9 (consultado en 02-04-2013)

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