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(86) LAS ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES SÍ SON TRANSMISIBLES / Rodrigo Restrepo G

. 20 de noviembre de 2013
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Quizá suene descabellado el título de este ensayo, pero de eso se trata, de aprovechar estos espacios que brinda la Web para colocar ideas en la comunidad e intercambiar y aportar al foro, con sus comentarios y sustentos.

Al grupo de enfermedades no transmisibles que son del mayor interés para la salud pública, pertenecen:
las enfermedades cardiovasculares, los diferentes tipos de cáncer; afecciones metabólicas o endocrinas como la diabetes y la obesidad; la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, la Enfermedad Renal Crónica, entre otras. Todas ellas son reconocidas por el común de la gente como enfermedades de la edad (referidas a las personas adultas mayores), achaques de la vejez, y toda una serie de estigmas y mitos.
Pero la realidad es que la mayoría de este grupo de enfermedades surgen como parte de un proceso de transmisión, llamado por uno de mis colegas como “de generación en degeneración”. Son el producto de los excesos de la juventud, cuando nos creemos los dueños del mundo y que nunca se nos va a acabar; pero también, son las consecuencias de los hábitos adquiridos de manera consuetudinaria y sin mala fe por parte de nuestros seres queridos.

En la infancia se aprenden los principios y los valores que los padres inculcan en sus hijos, los cuales terminan afianzándose o rechazándose de plano en la adolescencia. Justamente en mi infancia aprendí que cuando los hábitos de las personas atentan contra ellas mismas y contra su prójimo, se les llama vicios; mientras que si los hábitos producen bienestar a sí mismos y a sus congéneres, se les llama Virtudes. Precisamente, lo que muchos padres, madres, tíos, primos, amigos, conocidos y desconocidos están inculcando en los menores de edad son hábitos poco saludables, para nada generadores de bienestar: el consumismo de bienes y servicios sin una real necesidad o satisfactor desatendido; el estrés y la vida sin tiempo para nada; el sedentarismo o la poca disposición o capacidad para la realización de la actividad física mínima recomendada; la alimentación desbalanceada, baja en nutrientes, alta en calorías y muy alejada del mínimo recomendado de consumo de frutas y verduras; el uso nocivo, compulsivo o pesado del alcohol; el consumo y exposición al humo del tabaco y sus derivados, entre otros.

Todos estos hábitos, que para nada son virtudes, son los que los seres humanos han transmitido “de generación en degeneración”, “contribuyendo” a la transición epidemiológica global actual, donde la principal carga de enfermedad, discapacidad y muerte de la humanidad la constituyen, en más de dos terceras partes, las llamadas enfermedades no transmisibles. Quiero decir entonces que cuando a los menores les transmitimos hábitos poco saludables, como fumar, comer en exceso y con altas cantidades de grasa; usar el salero en la mesa del comedor, muchas veces sin probar previamente los alimentos; tomar en exceso bebidas azucaradas; dedicar demasiado tiempo libre frente al televisor; no aprovechar los todavía escasos espacios públicos para el esparcimiento, como los parques y ciclovías; cuando se les transmite la costumbre de que si en una fiesta o reunión no hay embriaguez, no hay diversión; y lo peor aún, cuando se les transmite la intolerancia y las respuestas soeces, agresivas y violentas ante las mínimas adversidades; en todos estos casos, les estamos transmitiendo en el largo, mediano y en algunos casos, en el corto plazo, la probabilidad muy alta de padecer alguna de estas enfermedades arriba mencionadas.

La buena noticia es que a esta epidemia se le pueden aplicar las estrategias de vigilancia y control en salud pública, hasta lograr reducirla y, por qué no, eliminarla. El hecho de tener priorizadas para Colombia unas metas y estrategias en el Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021, en la Dimensión de Vida saludable y condiciones no transmisibles, implica una vigilancia epidemiológica sobre una serie de indicadores alrededor de los modos, condiciones y estilos de vida saludable y el comportamiento de la carga de las enfermedades crónicas prevalentes, con una amplia participación transectorial y comunitaria, acompañados de las inversiones requeridas en los diferentes entornos para la promoción de estilos de vida saludables.

Además del trabajo que toda esta labor representa para lograr reducir el riesgo de los adultos jóvenes y de edad media que ya vienen afectados por los hábitos poco o nada saludables y que incluye el fortalecimiento del sistema de salud para afrontar la epidemia, nuestro reto es el de saber transmitir a los menores de edad los hábitos y estilos de vida que son protectores para la salud, acompañados de la transformación positiva de los entornos, que promuevan una cultura de la salud y del autocuidado.

Tenemos que saber transmitir a los menores de edad, ahora sí, de generación en generación, los buenos hábitos del uso apropiado del tiempo libre; de poder acceder y disfrutar de un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física, lo cual implica adecuaciones de infraestructuras y de procesos en los entornos escolares. Brindarles y garantizarles el derecho a la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de vida; y que en la transición a la incorporación de otros alimentos, enseñarles a comer frutas sin necesidad de endulzarlas; jugos con muy poco azúcar; comidas bajas en sal y sus dos o tres porciones diarias de vegetales, de diferentes colores. La mejor enseñanza es el ejemplo y el mejor ejemplo es que los menores nunca nos vean fumando o embriagados o haciendo uso de la violencia o la vulgaridad expresa o tácita.

Con toda esta transformación de hábitos alimentarios, de actividad física, de uso adecuado del tiempo libre y de los entornos adaptados para ello, sumado a las inversiones en la transformación positiva de los entornos y el trabajo responsable, honesto, justo y equitativo de las autoridades pertinentes en otros determinantes de la salud, lograremos controlar la transmisión pandémica de las enfermedades no transmisibles que, de no intervenirla, podría no solo reducir la esperanza de vida al nacer sino quizá diezmar la especie humana, antes que cualquier otra enfermedad infecciosa.

Abogo por la transmisión generacional de estilos de vida saludable y por una cultura que proteja la salud comunitaria desde los diferentes entornos de la dimensión humana. Y complemento con un par de documentales alusivos a la obesidad.





Lecturas recomendadas:
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(85) EL VERDADERO DESAFÍO PARA LA SALUD PÚBLICA: CAMBIAR LOS HÁBITOS / Rodrigo Restrepo G

. 31 de mayo de 2013
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Contrario a lo que se pudiera pensar, la principal causa de enfermedad y de muerte en el mundo no está representada por las enfermedades transmisibles o infecciosas sino por eventos que son el resultado de nuestros hábitos: las enfermedades no transmisibles. En la medida en que los países fueron adquiriendo mayores accesos a la tecnología, a la industrialización y al desarrollo, sumado a la migración urbana, las comunidades comenzaron a cambiar sus hábitos naturales por otros que paulatinamente han sido inculcados por los sistemas sociales, políticos y económicos.

La industria tabacalera colocó de moda el hábito de fumar, presentándolo como un indicador de éxito, promovido desde la industria cinematográfica. Hoy podríamos acuñar el eslogan: “…Cigarrillos equiX, produciendo el mejor cáncer del país…” Realmente, la compensación que haya realizado la industria tabacalera a las personas afectadas por el humo del tabaco no se compadece con el incremento exponencial de los diversos tipos de cáncer que se ha demostrado son consecuencia del consumo del cigarrillo. El Cáncer de Pulmón pasó del 8º lugar en 1990 al 5º lugar en 2010 como causa de muerte en el mundo; en Colombia el Cáncer ocupó  el 3º lugar como causa de mortalidad en 2010. Y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es otro de los eventos en salud que surgen como resultado del consumo del tabaco y de respirar en ambientes cargados con humo de tabaco.

Se toman medidas de todo tipo para desestimular el consumo de cigarros. Una de las más exitosas en Colombia ha sido la de declarar espacios libres de humo y prohibir el consumo en recintos cerrados. ¡Qué alivio!  Otras medidas han consistido en avisos de advertencia en las cajetillas, también reguladas en Colombia; mayores impuestos (en marcha), prohibiciones totales de mercadeo, patrocinio y publicidad en medios masivos de comunicación, en espectáculos deportivos, en patrocinio de clubes deportivos, entre otros.

En la medida en que las comunidades han mejorado su poder adquisitivo, acceden a tecnologías novedosas que fomentan el sedentarismo. Primero fue el Atari y el control remoto; ahora ya ni menciono equipo tecnológico alguno, pues en el corto tiempo se queda obsoleto. Ese mismo crecimiento y desarrollo económico también ha influido en los hábitos alimentarios, incrementando el consumo de las comidas con alto contenido en grasas y en sal, sin mencionar los aditivos y preservantes que paulatinamente han sido estudiados y reducido su utilización, sin alcanzar aún el óptimo deseado. El acceso exagerado a bebidas azucaradas con una amplia gama de colores y de sabores; la reducción paulatina y sostenida en el consumo de verduras (hortalizas) y de frutas, y no podía faltar el uso nocivo de las bebidas alcohólicas, también ligado publicitariamente al éxito, han sido otros de los cambios de comportamientos que han influido de manera global en la salud de las comunidades, constituyéndose en factores de riesgo demostrado para reducir la salud.

Son las enfermedades cardio-cerebrovasculares, como la hipertensión arterial, el infarto agudo del miocardio y los accidentes cerebro-vasculares, las principales consecuencias de la adquisición de estos hábitos poco o nada saludables. En Colombia y el mundo, son, de lejos, la causa número 1 de enfermedad y de muerte.

Para contrarrestar este panorama epidemiológico será necesario transformar estos y otros hábitos identificados como nocivos, verdaderos factores de riesgo para la principal carga de enfermedad en el mundo. Se han definido cuatro estrategias que han de impactar en los principales 4 grupos enfermedades no transmisibles, por lo que se le ha denominado Estrategia 4 x 4, consistente en incrementar la práctica de la actividad física; reducir al máximo, ojalá a cero, el consumo de tabaco; incrementar el consumo de frutas y verduras; y reducir el uso nocivo del alcohol. Para tal fin, será necesario apuntar, por una parte, en la transformación positiva de los entornos, brindando las facilidades para la actividad física en los barrios, las escuelas, las universidades y en los lugares de trabajo, así como facilidades para el acceso al consumo de frutas y verduras. Pero también habrá que fortalecer la capacidad de respuesta de las instituciones que tendrán que generar novedosas acciones de promoción de la salud y prevención y atención de los enfermos.

En este cometido será útil apropiarse de elementos ya conocidos y probados, como la Atención Primaria en Salud, en su concepción moderna, donde se conjugue la transectorialidad, un apropiado modelo de salud y la participación ciudadana, social y comunitaria. La movilización social es una de las herramientas que, bien utilizada, potencializa el empoderamiento ciudadano para la salud y la transformación comportamental.

El Plan Decenal de Salud Pública 2012 - 2021, construido de manera participativa en el País, contempla en la Dimensión de Vida Saludable y Condiciones no Transmisibles, las diferentes metas e indicadores que serán parte importante de nuestra labor en salud pública para impactar la salud de los colombianos frente las enfermedades no transmisibles. En el nivel territorial habremos de identificar las acciones claves estructurales, de procesos y de resultados que habrán de contribuir con el logro de los objetivos del Plan.

Complemento de esta lectura es el Video Institucional de la Subdirección de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, acerca de este Reto.



Referencias:
  • Global Burden of Disease Study, 2010, Reino Unido, Internet, Consultado 30/05/2013, Disponible en: http://www.healthmetricsandevaluation.org/
  • Salud en las Américas 2011, Organización Panamericana de la Salud, Washington, Internet, Consultado el 30/05/2013, Disponible en: http://www.paho.org/saludenlasamericas/
  • Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, 2003, Internet, Consultado el 30/05/2013, Disponible en http://bit.ly/cmctabaco (http://www.who.int/tobacco/framework/WHO_fctc_spanish.pdf)
  • Ley 1335 de 2009: “Disposiciones por medio de las cuales se previenen daños a la salud de los menores de edad, la población no fumadora y se estipulan políticas públicas para la prevención del consumo del tabaco y el abandono de la dependencia del tabaco del fumador y sus derivados en la población colombiana", Colombia, Internet, Consultado el 30/05/2013, Disponible en http://bit.ly/ley1335 (http://web.presidencia.gov.co/leyes/2009/julio/ley133521072009.pdf) 
  • Resolución 3961 de 2009: “Por la cual se establecen los requisitos de empaquetado y etiquetado del tabaco y sus derivados”, Colombia, Internet, Consultado el 30/05/2013, Disponible en: http://bit.ly/res3961 (http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=37727)
  • Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021. Ministerio de Salud y Protección Social, Colombia, Internet, Consultado el 30/05/2013, Disponible en http://www.minsalud.gov.co/plandecenal/Paginas/home2013.aspx 
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(80) DE LOS COMPROMISOS A LAS ACCIONES EN EL LOGRO DE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO / Rodrigo Restrepo G

. 20 de septiembre de 2011
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Ya ha transcurrido poco más de una década desde que los gobiernos se comprometieron con reducir de manera drástica el hambre, la pobreza extrema, el analfabetismo y un grupo de enfermedades con un alto impacto en las comunidades, entre otros compromisos. Para tal fin, concertaron ocho grandes objetivos, cada cual con sus respectivas metas y cada meta con sus indicadores de medición, y se fijaron una fecha límite, que en su mayoría quedó para el 2015, con algunas excepciones en algunos de los indicadores, cuyas fechas quedaron para antes o para después.
Esta iniciativa, que viene siendo apoyada por las diferentes agencias del Sistema de Naciones Unidas y otras instituciones, cuyo mandato está relacionado con el Desarrollo, viene siendo monitoreada a fin de conocer el curso de las acciones y proponer y aplicar nuevos procesos en procura de alcanzar los objetivos trazados. En este trasegar, en el informe más reciente, publicado en junio de 2011, se evidencia que se va por buen camino y se han alcanzado varios logros, a pesar de la crisis económica global de 2008-2009 y de otros procesos críticos tales como el de los alimentos (2008 y 2011), el de la energía (2008-2010) y los cada vez más agudos desastres secundarios a los fenómenos hidrometeorológicos y geológicos en la era del cambio climático.

Cabe mencionar, por una parte, que si se mantiene el ritmo actual de los avances, no se lograrían la totalidad de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio. Y por otra parte, algunos de estos logros se desdibujan cuando en el otro extremo, representado por comunidades con problemas desatendidos, se generan inequidades y no se acompañan de políticas reales y efectivas de protección. Sería como ahorrar en un bolsillo roto. Mientras se miden los depósitos, no nos percatamos de los egresos y, al final, la alegría de lo que creíamos alcanzado se convierte en desilusión al descubrir la realidad del “desfalco”.


El sector de la salud ha tenido un rol importante en los logros obtenidos, toda vez que tres de los ocho ODM están directamente relacionados con la salud, y otros tres tienen metas e indicadores donde interviene el sector de la salud. En este contexto, el sector de la salud ha contribuido grandemente con sus esfuerzos y políticas para el logro de los ODM. Pero se hace necesario, a tres años de iniciar la medición final, intensificar las acciones y metodologías y acompañarlas de estrategias e indicadores de protección de logros.


Es hora de planificar los próximos objetivos para una nueva alianza global en busca del desarrollo, la equidad, el bienestar y la abundancia, en el marco de un nuevo paradigma de conciencia colectiva de la humanidad. Para que realmente merezcamos llamarnos Seres Humanos


Lecturas recomendadas:


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(57) DIA MUNDIAL DE LA SALUD 2010: URBANISMO Y SALUD / Rodrigo Restrepo G

. 20 de marzo de 2010
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La consigna mundial en Salud Pública para los próximos 365 días está orientada hacia el estudio y puesta en marcha de aquellas estrategias y procesos del desarrollo humano en el ámbito del hábitat, cuyos resultados últimos y/o valores agregados, apuntan al mantenimiento de los mínimos estándares para la salud individual y colectiva.

La estrategia de entornos saludables es una de estas herramientas que busca imprimir en cada espacio de convivencia, la utilización de buenas prácticas que incidan en la conservación de la salud. Se busca entonces tener ambientes promotores de la salud en el hogar, en la escuela, en el lugar de trabajo, en los lugares de atención o de entretenimiento públicos, o en aquellos cuyos servicios implican un número importante de personas, como por ejemplo, el transporte público.

La adopción de políticas públicas encaminadas a la adaptación o implementación de estrategias similares son un punto de partida para iniciar un proceso que, en la mayoría de los casos, implica cambios conductuales profundos o culturas organizacionales arraigadas.

No es una falta grave tratar de cambiar ciertos hábitos que, a pesar de su arraigo cultural, sabemos que el resultado final atenta contra la salud física, mental o moral de los individuos. No sólo se pueden hacer sino que tenemos ejemplos de comunidades que ya lo han hecho, valiéndose de las estrategias y de los instrumentos apropiados.

Con ocasión de esta temática, en el marco del Día Mundial de la Salud 2010, la presentación anexa a este post brinda información relacionada con premios a aquellas ciudades grandes o comunidades pequeñas, que en diferentes categorías, se han atrevido y han obtenido resultados impactantes en la salud comunitaria desde la implementación de estrategias urbanísticas exitosas.

El Día mundial de la Salud se celebra el 7 de abril de cada año. Mayor información:





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(36) LA ESTRATEGIA "VIVIENDA SALUDABLE" EN EL DESARROLLO Y LA PREVENCION DE DESASTRES / Rodrigo Restrepo G

. 25 de agosto de 2008
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“La teoría en sí misma no transforma el mundo. Puede contribuir
para su transformación, pero para eso tiene que salir de sí misma y tiene que
ser asimilada por aquellos que van a causar con sus acciones reales y efectivas
esa transformación”.
Paulo Freire

Los científicos y expertos en el clima y el medio ambiente explican la situación actual de cambio climático en el calentamiento global, la deforestación, las manchas solares; otros lanzan teorías de oscurecimiento global, entre otros… Yo he preferido sumarme a la definición “romántica”: El planeta está enfermo. Y esta enfermedad es la consecuencia de los actos de sus habitantes del género humano y de la falta de concreciones y concertaciones de los gobernantes y tomadores de decisiones. En el mejor de los casos, a pesar de los acuerdos, muchas veces se quedan en intenciones o buenos propósitos y no se pasa a la acción ni al cumplimiento de los compromisos.

Pero así como los seres humanos somos capaces de causarle enfermedad al planeta, por causa de nuestros actos y muchas veces sin proponérnoslo, también podemos auto inflingirnos daño a nuestra integridad, sin proponérnoslo, muchas veces debido a falta de conocimiento o conjugado con la falta de políticas o de la implementación de estrategias de prevención costo-efectivamente probadas.

Nuestros abuelos y padres siempre nos han dicho que muchos de los problemas sociales tienen su origen en el hogar. La educación básica, la urbanidad, los valores como el respeto, la responsabilidad, entro otros, se aprenden en la unidad primaria de la sociedad: la familia. Es en el hogar donde se aprende a caminar, a correr, a hablar, a leer, a amar…

Se puede decir que, como finalidad, la vivienda es el ente facilitador del cumplimiento de un conjunto de funciones específicas para el individuo y la familia: proveer abrigo ante el intemperismo, garantizar la seguridad y protección, facilitar el descanso, implementar el almacenamiento, procesamiento y consumo de alimentos; suministrar los recursos para la higiene personal, doméstica y el saneamiento; favorecer la convalecencia de los enfermos, la atención de los ancianos y minusválidos, el desenvolvimiento de la vida del niño y promover el desarrollo equilibrado de la vida familiar.

En la vivienda se reune una agenda social, dada en la familia; una agenda económica, representada por los medios de vida y subsistencia; una agenda cultural, en las tradiciones y usanzas; y una agenda ambiental, en el contexto físico de su desenvolvimiento. En el ambiente de la vivienda una persona promedio se sumerge al menos el 50% de su tiempo, cuando sólo dedica un 33% del mismo a la función laboral o docente y un 17% a otros ámbitos. ¿Y cómo debe ser esa vivienda para quienes la ocupan? Al menos, debe brindar un mínimo de seguridad, en el sentido integral de este adjetivo. Ello implica que la vivienda debe garantizar la conservación de procesos de autoprotección y de salud y de prevención de enfermedades y de accidentes. Debe ser saludable.

La vivienda saludable alude a un espacio que promueve la salud de sus moradores. Este espacio incluye: la casa, que es el refugio físico donde reside un individuo; el hogar, es decir el grupo de individuos que vive bajo un mismo techo; el entorno, que incluye el ambiente físico y el psicosocial inmediatamente exterior a la casa; y la comunidad o grupo de individuos identificados como vecinos por los residentes. Una vivienda saludable carece o presenta factores de riesgo controlados y prevenibles.

La Estrategia "Hacia una Vivienda Saludable" se sustenta entonces en la intervención constructiva-educativa de las diferentes variables mencionadas, en especial el entorno físico de la vivienda, el entorno peridomiciliar, el entorno ambiental, el fortalecimiento de la organización comunitaria con el empoderamiento de sus líderes y nuevos líderes y la conservación de acciones de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad, incluyendo la prevención de accidentes y de preparativos para situaciones de desastres.

La evolución que ha tenido la interpretación del concepto salud-enfermedad ha pasado por diferentes etapas, que van desde los mágico y mítico, hasta la especificidad de la clasificación de las enfermedades en transmisibles y no transmisibles. Y ante este panorama, la respuesta del sector salud no es otra diferente a la de la implementación de estrategias encaminadas a intervenir los diferentes factores determinantes de las enfermedades transmisibles y no transmisibles, sin descuidar que existen acciones básicas de promoción de la salud que impactan en diferente intensidad sobre los diferentes determinantes proximales y distales de la salud, en especial sobre los determinantes sociales, para la conservación de conductas saludables, comenzando desde la misma vivienda.

Pero hay que ver hasta qué grado se puede considerar a la vivienda como un determinante de la salud. En particular, la precariedad de la vivienda de interés social en los países de América Latina y el Caribe (ALC) puede estar afectando la salud de millones de personas. La falta de higiene y de condiciones sanitarias, la falta de espacios mínimos adecuados para la pareja, niños y personas con discapacidad, el diseño urbano inadecuado, el hacinamiento, el ruido, la humedad, el plomo, el monóxido de carbono, las partículas, los compuestos orgánicos volátiles, el radón y los desastres naturales, son algunos de los peligros para la salud a los que se está expuesto en la vivienda (Foster HD, 1992 ).

Son diferentes las enfermedades que se pueden adquirir en el seno de una vivienda. Van desde las Gastrointestinales (diarreas, parasitismo), las afecciones e infecciones respiratorias, las enfermedades de transmisión vectorial (dengue, paludismo), las enfermedades emergentes (concentraciones, hacinamiento), la Violencia intrafamiliar (promiscuidad, stress), los accidentes y la vulnerabilidad a los desastres naturales.

Se hace necesario que en las políticas de destinación de recursos para programas de vivienda de interés social primen la calidad y los aspectos sociales sobre los financieros. Se conserven las normas de construccion sismoresistente. Se adopten tecnologías apropiadas en agua y saneamiento que no atenten contra la seguridad y la economía de las familias. Se cumplan normas de ordenamiento territorial para evitar asentamientos en zonas de riesgo o la reconstrucción de vulnerabilidades cuando de apoyo a damnificados se trate.

Se debe concebir la vivienda como un agente de la salud de sus moradores. En consonancia con el aforismo de que todo comienza por el hogar, es la vivienda en su concepto integral esa herramienta que no debe ser el generador de muchos de los problemas sociales, sino que por el contrario, facilita los procesos de formación – aprendizaje – formación, en especial en el campo de la salud, pero no exclusivamente es este aspecto. Implica un enfoque sociológico y técnico de enfrentamiento a los factores de riesgo y de promoción de una orientación apropiada para la ubicación, edificación, habilitación, adaptación, manejo, uso y mantenimiento de la vivienda y de su entorno.

La importancia de este concepto de ambientes y entornos saludables radica en que incorpora saneamiento básico, espacios físicos limpios y estructuralmente adecuados, y redes de apoyo para lograr ámbitos psicosociales sanos y seguros, exentos de violencia (abuso físico, verbal y emocional). Recordemos que la carencia y las deficiencias en la vivienda, y la falta de saneamiento constituyen un determinante reiterado del exceso de morbi-mortalidad por enfermedades transmisibles y de violencia intrafamiliar, y una característica sistemáticamente vinculada a los niveles de pobreza, el rezago socioeconómico y la inequidad.

Finalmente, estoy convencido que en las adversidades es donde muchas veces se encuentra la oportunidad del desarrollo; sin embargo, no es necesario esperar a que la adversidad nos toque para iniciar los procesos de desarrollo y de inversión social que son urgentes aplicar, máxime cuando en las adversidades ocasionadas por la fuerza de la naturaleza está en juego la vida.

Lecturas recomendadas:

  • Programa de Entornos y Ambientes Saludables – Ministerio de la Protección Social, Colombia, disponible aquí, consultado en agosto de 2008.

  • Condiciones Físicas y Ambientales de las Viviendas de las Familias Desplazadas, disponible aquí, consultado en agosto de 2008.

  • Crónicas de Desastres – Terremotos en El Salvador, 2001. Reconstrucción de viviendas a damnificados aplicando la estrategia vivienda saludable, OPS/OMS, disponible aquí, consultado en agosto de 2008.

  • Biblioteca Virtual de Desarrollo Sostenible y Salud Ambiental – BVSDE, CEPIS – OPS/OMS, Disponible aquí, consultado en agosto de 2008.

  • Sánchez M, Piedad: “Hacia una Vivienda Saludable”, Estrategia Integradora que permite Cambios de Actitudes Favorables para el Mejoramiento de la Salud de las Comunidades, experiencia en el departamento de Córdoba – Colombia, marzo, 2005, disponible aquí, consultado en agosto de 2008.
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