Mucho hemos insistido
en los beneficios de invertir el paradigma de la asignación y utilización de
los recursos en emergencias y desastres, dando la mayor proporción a las
acciones en los preparativos, lo cual repercute en una menor necesidad de ejecución
en respuesta y mucho menos en recuperación[1].
Este es un aforismo del cual tenemos plena conciencia y evidencia los técnicos
dedicados a la salud pública, pero no hemos sabido “venderlo” a los tomadores
de decisiones, mucho más dedicados mostrar su gestión en término de recursos
invertidos en la atención de la crisis, siendo que podemos diseñar indicadores
tales como “los techos que no se destruyeron” “las muertes evitadas” “la
disminución de las inundaciones” “la reducción de los deslizamientos”, entre otros,
que también pueden ser mostrados como parte de la gestión positiva.
Los brotes y las
epidemias también hacen parte del concepto de crisis en salud pública, en el
cual se incluyen las emergencias y los desastres, por lo que en su abordaje
también se tienen las fases de preparativos, mitigación, respuesta,
rehabilitación y reconstrucción, en sus respectivas dimensiones. Es aquí donde
tiene su mayor expresión el ejercicio de la epidemiología, como especialidad de
la salud pública encargada del estudio del comportamiento natural de las
enfermedades con mayor impacto sobre las comunidades y las acciones de
prevención, vigilancia y control para evitar o mitigar su impacto.
Así como en desastres
se presentan las alertas frente a los eventos de potencial daño sobre las
poblaciones (ejemplos: alerta por temporada invernal, alerta de erupción
volcánica, alerta de tsunami), en epidemiología también se lanzan alertas
frente a situaciones de brotes por enfermedades de interés en salud pública.
Las enfermedades priorizadas son monitoreados por el componente de Vigilancia
en Salud Pública de los Ministerios de Salud de cada país, quienes realizan
monitoreo y análisis de la situación y toman acciones pertinentes para el
control de estas enfermedades. A su vez, a través de los Centros Nacionales de
Enlace, la información es centralizada por la Organización Panamericana de la
Salud y la Organización Mundial de la Salud donde realizan el análisis
correspondiente del comportamiento epidemiológico global de estas enfermedades
priorizadas y se lanzan las alertas pertinentes para que las autoridades
sanitarias realicen las acciones pertinentes, en el marco de las Funciones
Esenciales de la Salud Pública.
Una buena experiencia
en Colombia fue la realización del Mundial de Fútbol Sub-20, el cual se
desarrolló entre el 29 de julio y el 20 de agosto de este año. A finales del
2010, cuando el Comité Intersectorial iniciaba sus preparativos frente al
evento, la Representación de la OPS en Colombia promovió la inclusión del
sector de la salud en dicho comité, el cual no había sido incluido desde el
marco normativo[2],
teniendo como sustento la alerta de introducción del sarampión al país y de
expansión en la región de las Américas, toda vez que, con ocasión del Mundial
de Fútbol de África en 2010, hubo introducción del sarampión en Argentina,
Brasil y Guyana por parte de aficionados susceptibles que habían acudido al
encuentro mundial en Sudáfrica.
Todas las acciones de
preparativos del sector de la salud en Colombia en las ciudades sedes del
Mundial permitieron que el caso índice de sarampión que ingresó por
Barranquilla, que paradójicamente no fue por causa de ninguna delegación
participante o aficionado turista, fue abordado de manera oportuna y apropiada,
hasta el punto que el brote fue controlado en corto tiempo y el impacto sobre
la salud de población colombiana frente a esta enfermedad inmunoprevenible ha
sido altamente positivo: sólo 7 casos confirmados por laboratorio, todos
circunscritos al Distrito de Barranquilla, entre el 5 de agosto y el 11 de
septiembre, lo cual es un indicador del impacto de las acciones en salud
pública desarrolladas, tanto en prevención, durante los preparativos del
Mundial de Fútbol Sub-20, como en el control del brote.
En la medida en que
se hace lo que hay que hacer y se hace bien desde el principio, los resultados
van a ser acordes con lo que se planifica. Esto es fundamental cuando de
seguridad sanitaria se trata, en especial con el fortalecimiento de los equipos
humanos de los Mecanismos de Detección, Alerta y Respuesta del componente de Vigilancia
y Control de la Salud Pública.
Lecturas recomendadas:
1. Restrepo R.: “De los preparativos para desastres”, Blog GiraMundo, enero,
2011, disponible en: http://giramvndo.blogspot.com/2011/01/de-los-preparativos-para-desastres.html,
consultado en agosto de 2011.
2. Presidencia de la República:
“Decreto 4664 de diciembre de 2010”, Por el cual se crea la Comisión
Intersectorial de Seguimiento a la Organización de la Copa Mundial Sub 20 de la
FIFA Colombia 2011”, disponible en http://bit.ly/D4664-10, consultado en agosto de 2011.
3. Presidencia de la República, Ministerio del Interior y de Justicia: "Decreto 3888 de octubre 10 de 2007", Por el cual se adopta el Plan Nacional de Emergencia y Contingencia para Eventos de Afluencia Masiva de Público, y se conforma la Comisión Nacional Asesora de Programas Masivos, disponible en: http://servoaspr.imprenta.gov.co/diariop/diario2.pdf?p_tipo=02&p_numero=3888&p_fecha=10/10/2007&p_consec=1262249. Al respecto, sugiero no omitir ver el Comentario No.1 de este post, en: http://giramvndo.blogspot.com/2011/10/81-impacto-de-los-preparativos-ante-una.html#comments
4. Francesco Checchi, Michelle Gayer, Rebecca Freeman Grais and Edward J. Mills: “Public health in crisis affected populations. A practical guide for decision-makers”, Overseas Development Institute, Network Paper 061, London, 2007, 59 páginas, disponible en http://www.odihpn.org/documents/networkpaper061.pdf (original en Inglés), y en http://www.odihpn.org/documents/networkpaper061_spanish.pdf (original en Español), consultado en agosto de 2011.
4. Francesco Checchi, Michelle Gayer, Rebecca Freeman Grais and Edward J. Mills: “Public health in crisis affected populations. A practical guide for decision-makers”, Overseas Development Institute, Network Paper 061, London, 2007, 59 páginas, disponible en http://www.odihpn.org/documents/networkpaper061.pdf (original en Inglés), y en http://www.odihpn.org/documents/networkpaper061_spanish.pdf (original en Español), consultado en agosto de 2011.