(29) DECLARACION CONTRA LA GUERRA

. 5 de marzo de 2008

"Si los estados tienen la obligación irrenunciable de evitar los desastres para proteger la vida, la integridad, los bienes y las oportunidades de sus comunidades, con mayor razón tienen la obligación de impedir una guerra"




Recibí mensaje de miembros de La Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina - LA RED, quienes están convocando la firma de una declaración contra la guerra, a propósito de la crisis diplomática de esta semana entre Ecuador, Venezuela y Colombia. No dudé en adscribirme y solicitar autorización para su difusión por este medio. Este es el Contenido:

"DECLARACIÓN CONTRA LA GUERRA DESDE LA GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES

Marzo 4 de 2008

Suscribimos esta declaración (a título personal, a menos que se indique lo contrario) un conjunto de ciudadanos y ciudadanas oriundos o vinculados a América Latina y el Caribe, que en distintos escenarios y desde distintas profesiones y actividades, nos dedicamos de manera permanente a propiciar la reducción de los riesgos de distinto origen que pesan sobre nuestra región, con el objeto de evitar que se conviertan en desastres.

Con ese objetivo común trabajamos con instituciones y funcionarios de gobiernos nacionales y regionales, con autoridades locales, con organizaciones científicas, con organismos de socorro, con comunidades de base, con instituciones académicas, con medios de comunicación y con organismos internacionales, con los cuales hemos realizado aportes importantes y concretos, desde el pensamiento y desde la práctica, para que eso que llamamos “gestión del riesgo” entre a formar parte de las políticas públicas y, poco a poco, del quehacer normal y cotidiano de nuestras comunidades.

Hoy registramos con preocupación que, en este momento concreto, LA MÁS GRAVE AMENAZA QUE SE CIERNE SOBRE LAS GENERACIONES PRESENTES Y FUTURAS DE COLOMBIA, DEL ECUADOR Y DE VENEZUELA, ES LA GUERRA. Una amenaza que, a diferencia de algunas de origen natural, como los terremotos o las erupciones volcánicas, es totalmente evitable, pues sólo depende de la voluntad humana. Esta amenaza da lugar al peor de los desastres posibles, que anularía los avances que durante décadas han realizado Estados y comunidades con miras a eso que llamamos “desarrollo”, y solamente beneficiaría a quienes, a lo largo de la historia humana, han encontrado en la guerra un buen negocio. A costa, claro, de la vida, del sufrimiento, del dolor y de las pérdidas económicas, materiales, ecológicas y de oportunidades de los pueblos que las padecen. Fuera de éstos que llenan sus bolsillos con la muerte planificada, las guerras solamente dejan perdedores.

En gran medida la enorme destrucción que causó el huracán Mitch en Centroamérica, se debió al debilitamiento de los países que, durante años, fueron azotadas por la guerra.

Los habitantes del mundo tenemos derecho a la paz, que es una expresión concreta del Derecho a la Vida y a la calidad de la vida, sin el cual es imposible el ejercicio de los demás Derechos Humanos. Los ciudadanos y ciudadanas de Colombia, del Ecuador y de Venezuela, al igual que los de los demás países de la región, que inevitablemente se vería afectados por una guerra entre países hermanos, exigimos de nuestros gobiernos que se nos respete ese Derecho y que generen las condiciones que nos permitan ejercerlo.

No hay conflicto entre naciones que no pueda ni deba ser resuelto, de manera pacífica, dentro del marco del Derecho Internacional y teniendo como brújula la voluntad de Paz y el respeto a la vida.

Si los Estados tienen la obligación irrenunciable de evitar los desastres para proteger la vida, la integridad, los bienes y las oportunidades de sus comunidades, con mayor razón tienen la obligación de impedir una guerra. Tienen el deber de no provocar una guerra, por nobles, necesarios o altruistas que puedan ser o parecer los motivos que blanden.

Hacemos un llamado a las comunidades de todos los países de América Latina y del Caribe y a las instituciones y organizaciones nacionales e internacionales que desde distintos campos trabajamos en beneficio de la calidad de la vida de la naturaleza y de los seres humanos, para que de manera expresa y contundente reafirmemos ante los Gobiernos y Estados ese MANDATO ciudadano: tenemos Derecho a la Paz, tenemos Derecho a la Vida, tenemos derecho a un verdadero desarrollo, equitativo y democrático, y corresponde a ustedes y entre ustedes, de manera inmediata, establecer los acuerdos necesarios para que esos derechos sean respetados.

Ante nuestros países, ante la región y ante el mundo, dejamos constancia expresa de que no nos sentiremos representados por ningún Gobierno que incumpla ese MANDATO y que propicie una guerra.

Y a los medios de comunicación de todas las tendencias los convocamos para que difundan el Derecho a la Paz que tienen las comunidades, en lugar de atizar la hoguera con argumentos y pasiones para legitimar la guerra."

Firman:
  • GUSTAVO WILCHES-CHAUX
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - C o l o m b i a

  • ANTHONY OLIVER-SMITH
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Florida, Estados Unidos

  • ELIZABETH MANZILLA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED- México

  • RAUL ESTEVEZ – Venezuela

  • OMAR DARÍO CARDONA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Colombia

  • MISAEL MURCIA GARCÍA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

  • XIMENA GARCÍA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

  • PABLO TORREALBA - Chile

  • ALEJANDRO LINAYO
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela

  • ANDRÉS VELÁSQUEZ
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Colombia

  • CRISTINA ROSALES CLIMENT
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Colombia

  • NAYIBE JIMÉNEZ PÉREZ
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

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