(77) EVALUACION Y PREPARATIVOS EN EL POS-DESASTRE / Rodrigo Restrepo G

. 30 de junio de 2011
0 comentarios

Funcionarios del Instituto Departamental de Salud de Nariño (Pasto - Colombia) en proceso de Evaluación del Desempeño de las Funciones Esenciales de la Salud Pública 1, 2 y 11 (Foto: Rodrigo Restrepo G. - 2011)

La experiencia obtenida en el conocimiento en terreno de la Gestión de Riesgos frente a desastres me ha permitido colegir que las acciones a desarrollar con posterioridad a los desastres o a las emergencias epidemiológicas se orientan en dos sentidos: el primero de ellos corresponde a las acciones dirigidas a la atención inmediata de los efectos del evento adverso. El otro sentido de las acciones corresponde a aquellas relacionadas con la evaluación integral del manejo dado al pos-desastre, a la pertinencia y efectividad de las medidas de mitigación y preparativos implementados antes del desastre, y a los correctivos y nuevos procesos de preparativos y mitigación a implementar, de acuerdo con los resultados de dicha evaluación.

Esto está claramente definido en el sector de la salud. Las acciones inmediatas corresponden a la atención integral de enfermos, víctimas, heridos y damnificados, no sólo en sus consecuencias físicas sino en sus efectos sobre la salud mental y psicosocial. Para brindar esta atención inicial en el pos-impacto inmediato se requiere que las instituciones prestadoras de los servicios de salud no sólo hayan resistido la magnitud del evento adverso sino que, una vez superado el impacto inicial, estén en capacidad de trabajar a su máxima capacidad, de manera organizada para la atención masiva de afectados, y con la autonomía suficiente para continuar con este ritmo, aunque alrededor tengan carencias en líneas vitales.

Otra de las acciones a implementar por el sector de la salud corresponde a la vigilancia del comportamiento de las enfermedades, toda vez que los efectos del desastre pueden haber afectado el entorno ambiental o el comportamiento de los afectados por los cambios en su habitabilidad y la necesidad de ubicarse en alojamientos temporales o en otros ambientes diferentes a su hogar, lo cual implica una especial vigilancia de la salud pública y el reforzamiento de las medidas de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad. En este cometido se deberá evaluar la pertinencia de la intensificación de programas especiales, tales como los de control de enfermedades crónicas o no infecciosas, el programa de inmunizaciones, entre otros.

La tercera categoría de acciones inmediatas del sector de la salud se dirigen al saneamiento ambiental básico, en especial en lo relacionado con la garantía de la calidad del agua y de los alimentos de consumo, la adecuada disposición de los desechos sólidos, de las aguas grises y de las excretas; el control de vectores y otros tipos de medidas encaminadas a evitar los diferentes tipos de enfermedades zoonóticas (transmitidas de los animales al ser humano).
Superada la contingencia y la temporalidad producida por el desastre, le corresponde al sector de la salud realizar la evaluación de todas las acciones desarrolladas, incluso de aquellas que se pudieron haber implementado antes del desastre, e identificar las acciones por mejorar y las estrategias a emplear, dando así el cierre del ciclo de los desastres, reiniciando el período del pre-desastre (próximo), con los preparativos pertinentes, debidamente ajustados con base en la experiencia sufrida.

Se deberá evaluar todo lo relacionado con la recolección de información, lo cual es vital para la toma de decisiones. Evaluar también los procesos de coordinación a la luz de los planes de contingencia; la respuesta institucional en los  prestadores de servicios de salud, la forma como respondieron desde lo estructural, lo no estructural y lo funcional, y la eficacia de sus planes hospitalarios para emergencias y el respectivo plan de contingencia. Evaluar las acciones encaminadas al fortalecimiento de la vigilancia en salud pública y su impacto sobre la morbilidad y la mortalidad. Y finalmente, evaluar el desempeño de los aspectos relacionados con los programas especiales dirigidos a las poblaciones más vulnerables, que generalmente son objeto de protección especial por parte de los Estados, tales como los menores de edad, los discapacitados, los adultos mayores, entre otros, en quienes siempre debe tenerse el enfoque diferencial pertinente para hacer efectiva dicha protección.

La integralidad de la Gestión del Riesgo frente a Desastres es así de simple. Omitir la realización de estos procesos de evaluación trae como consecuencia la "rehabilitación" y "reconstrucción" de vulnerabilidades, cuyo impacto final será el caos en el siguiente desastre.

Lecturas recomendadas:

Safe Creative #1107189697973

(76) EL PAPEL DE LA EPIDEMIOLOGÍA EN EL EMPRENDIMIENTO EMPRESARIAL / Alejandro Vargas Gutiérrez

. 3 de mayo de 2011
0 comentarios

Feria de Proyecto Productivo en área rural de Leticia, Colombia, 2010.
Foto: Escandón S. © 
Recuerdo muy bien la tarde en que un grupo de expertos de la OPS en Colombia, debatía un tema relacionado con las enfermedades prevalentes en la infancia, a la que asistí en calidad de invitado, pues venía de coordinar un proyecto para la atención de niñas y niños en situación de desplazamiento en el Urabá Antioqueño y se esperaba que con mis ideas aportara alguna claridad sobre la cruda realidad del desplazamiento y su negativo impacto en la salud infantil.  Durante el extenso debate, pediatras, salubristas y epidemiólogos presentaron sus puntos de vista sobre los temas más complejos y prioritarios en salud infantil del país. Sin duda, la mayor claridad la documentó el Dr. Roberto Capote, un cubano de pura cepa que con su claridad y solidez argumentativa, basados en años de experiencia y estudio, convencieron a los demás asistentes de los puntos que debían quedar priorizados para el Ministerio de Salud desde la óptica de la OPS en aquel entonces.

Pocos años después, en la ciudad de Montevideo (Uruguay), asistí nuevamente a un debate similar, pero esta vez relacionado con las prioridades que el Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP/OPS-OMS) debía definir sobre sus recursos en materia de investigación. El tema global era la salud materno perinatal de Las Américas y fue en esta ocasión que el Brasilero Fernando Barros, Pediatra y Epidemiólogo con nivel doctoral, ocupó las veces del Dr. Capote. Con seguridad, tacto y excelentes argumentos científicos, esgrimió el norte que se le debían adjudicar a los recursos de investigación para este importante centro.

Ambos, Capote y Barros, conocían muy bien el secreto de una buena planificación en salud: las prioridades epidemiológicas. Cuando me entrevistaba con ellos y con otros expertos de Cuba, Brasil, Uruguay y Argentina, siempre se me explicaba la complejidad de los problemas de salud en todo el mundo, la limitación de los recursos por parte de los gobiernos y las entidades privadas, así como la necesidad de priorizar los asuntos más graves, pues de lo contrario, el impacto de las intervenciones sería mínimo. Por cierto, como denominador común aparecían en estas agradables discusiones los criterios de Hannon de la OPS (frecuencia, gravedad y vulnerabilidad del fenómeno).

Años después, durante mi carrera de epidemiólogo he utilizado ejemplos de rutina para explicarle a un Alcalde, a un Secretario de Salud, a Gerentes hospitalarios  y hasta un Gobernador en Colombia, que sólo priorizando los temas de salud pública se alcanzará un buen impacto epidemiológico y que sus ideas para invertir recursos económicos y humanos en la prevención de malformaciones congénitas o en campañas para reducir el suicidio en adultos, o en conferencias sobre el embarazo en adolescentes es menos costo-efectivo que invertir en la prevención de accidentes de tránsito, el infarto agudo al miocardio, el cáncer de cuello uterino o la desnutrición infantil, eventos que son a todas luces más frecuentes, más graves y más intervenibles desde una Secretaría de Salud o desde un Hospital local.

En todos los municipios se conoce el papel que tiene la epidemiología en la salud pública, es una herramienta fundamental para seleccionar los problemas y las zonas de alto riesgo a intervenir en un periodo de tiempo. Sabemos que un buen sistema de vigilancia epidemiológica debe ser oportuno, fiel a la verdad y preferiblemente georreferenciado. Sin embargo, en nuestros municipios Latinoamericanos apenas hace algunos años estamos procesando la información epidemiológica con calidad, oportunidad y mapas que permitan evaluar las intervenciones. Poco a poco, los municipios ya reconocen sus perfiles de morbilidad y mortalidad, comparan sus tasas de prevalencia con municipios similares e incluyen mapas en tiempo real que alertan sobre brotes y epidemias a manera de sala situacional. Como ejemplo de estos avances se puede poner el municipio de Envigado en Colombia, que lleva más de cinco años con un sólido registro epidemiológico, mapas de riesgo actualizados y una focalización de sus recursos humanos y económicos en temas de alta prevalencia y gravedad.

Sin embargo, en mis años de trabajo con las comunidades campesinas, he confirmado lo que autores de muchas disciplinas nos han explicado años atrás: casi siempre la pobreza, los bajos niveles educativos y la falta de oportunidades laborales están relacionados directamente con la alta tasa de morbilidad y mortalidad. Por ello, en mis prácticas actuales como epidemiólogo, estoy involucrando variables relacionadas con la pobreza y el desarrollo social al modelo de vigilancia epidemiológica. Es decir, utilizo la epidemiología como una herramienta social para ubicar las zonas que más necesitan de programas educativos, de planes de convivencia, de emprendimiento empresarial y de protección al medio ambiente. No basta con identificar por ejemplo, las zonas de mayor prevalencia de cáncer de cuello uterino y llevar una campaña de toma de citología cervico-uterina con entrega oportuna del resultado y conexión de las pacientes a una colposcopia-biopsia. Es necesario que después de identificar estas zonas de alta prevalencia de cáncer en la mujer, un equipo de La Alcaldía y la empresa privada se desplace a la zona y adelante con esas mujeres (positivas o no para la citología), una capacitación masiva en liderazgo, en cooperativismo, en emprendimiento empresarial y en elaboración de proyectos productivos. Con seguridad en esta misma zona, se hace necesario incrementar el nivel educativo de las niñas y la reducción del porcentaje de repitencia escolar.

En el municipio de Girardota, en Colombia, ya sabemos muy bien donde se presentan más casos de mortalidad perinatal e infantil y conocemos las veredas con más casos de morbilidad obstétrica severa. Son también (no es mera casualidad), las zonas de mayor prevalencia de embarazo en adolescentes, mayores niveles de pobreza, más distancia geográfica a la zona urbana y las regiones del municipio con más deuda social acumulada. Por ello, el proyecto de maternidad saludable que adelantamos con La Alcaldía y el Hospital Local (La ESE Hospital San Rafael), incluye un ciclo de conferencias a las gestantes para mejorar su autoestima, su empoderamiento comunitario, su liderazgo, su nivel educativo y sus conocimientos en emprendimiento empresarial. Sólo así, el círculo eterno de pobreza, enfermedad y muerte será cerrado y la epidemiología avanzará a una nueva etapa: la etapa de la focalización de zonas de riesgo con intervenciones multidisciplinarias desde el sector público y privado que garantice un verdadero impacto epidemiológico.

Añadir variables a un sistema de vigilancia epidemiológico municipal que contenga ítems relacionados con la cobertura y el nivel educativo, la calidad de las viviendas, del agua, del aire, de los servicios públicos, de las vías de acceso a centros de salud y otras relacionadas con ofertas de empleo y emprendimiento, puede generar dudas y dificultades técnicas en un principio. Sin embargo, un buen epidemiólogo, es decir, el epidemiólogo y el salubrista que esperan las gentes del Siglo XXI, debe estar en capacidad de integrar información compleja proveniente del sistema de salud y de los otros sistemas externos (educación, ambiente, vías, emprendimiento, etc), con el fin de orientar las intervenciones comunitarias que sean más integrales y costo-efectivas. De lo contrario, nos limitaremos a resolver temas de morbilidad y mortalidad con profesionales del sector salud que solos no garantizarán bienestar ni calidad de vida y sólo servirán de “analgésico” de transitorio a los problemas estructurales que afectan el proceso salud-enfermedad.

Hagamos el intento, empecemos a recopilar mayor información, analicemos las mejores intervenciones y desarrollemos el emprendimiento empresarial de nuestros municipios en aquellas zonas donde la enfermedad es más grave y frecuente. Con seguridad, los resultados serán más impactantes en desarrollo social sostenible, en calidad de vida y claro está, en la salud colectiva.

Lecturas recomendadas:
  • Bergonzoli, G: "La epidemiología y la planificación local: medidas para la evaluación del impacto potencial, OPS/OMS, 2005, disponible en: http://bit.ly/epiplan - consultado el 03/05/2011
  • González-P, E. et. al.: "Definición de prioridades para las intervenciones de salud en el Sistema de Protección Social de Salud en México", Revista Salud Pública de México, ISSN 0036-3634, Vol. 49, Nº. Extra 1, 2007 , págs. 37-52, disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2264886 - consultado el 03/05/2011

Safe Creative #1105039130403

(75) MITOS Y REALIDADES DE LAS VACUNAS / Rodrigo Restrepo G

. 19 de abril de 2011
4 comentarios


La Semana de Vacunación de las Américas es una estrategia diseñada para incrementar las coberturas de los programas regulares de vacunación y apoyar la cultura del autocuidado, entendiéndose no sólo como un deber sino también como el derecho que tenemos los seres humanos de acceder a las acciones específicas de prevención de las enfermedades para las cuales se cuenta con desarrollos tecnológicos de prevención mediante la inmunización o vacunación.

El Lema para la jornada de este año 2011, a desarrollarse del 23 al 30 de abril, es: "Vacuna a tu familia, protege a tu comunidad", el cual tiene un mensaje importante de responsabilidad no sólo individual y familiar, sino que trasciende al derecho constitucional del cuidado de la salud comunitaria. Todos somos responsables de todos. Las enfermedades no tienen fronteras de países, de departamentos, de municipios, de comunas, de barrios... Debemos cuidar a nuestras familias y velar porque nuestros vecinos también cuiden de su salud y la de sus vecinos.

Con ocasión de los temores del colectivo ciudadano y de la desinformación de la cual se aprovechan los inescrupulosos de la Web, se han generado una serie de mitos alrededor de las vacunas que, aunque no se crea, le hacen daño a los programas de vacunación de los países, con la consecuente disminución de las coberturas y el incremento de niños y adultos susceptibles de padecer enfermedades graves que se pueden evitar con la vacunación. Anexo aquí diez de esos mitos, obtenidos de la Web de la Organización Mundial de la Salud:

"Mito 1. Mejores condiciones de higiene y saneamiento harán que las enfermedades desaparezcan – las vacunas no son necesarias.
Realidad. Las enfermedades contra las cuales se dispone de vacunas reemergen si se detienen los programas de vacunación.
Aunque se conserven mejores condiciones de higiene, el lavado de manos y el consumo de agua limpia pueden proteger a las personas contra enfermedades tales como la gripa y el cólera, la mayoría de los virus se propagan sin importar que tan limpios seamos. Si la gente no se vacuna, reemergerán rápidamente las llamadas viejas enfermedades, como el sarampión, por ejemplo.

Mito 2. La mayoría de las personas que contraen enfermedades prevenibles por vacunación están realmente vacunados.
Realidad. La mayor parte de las personas que han tenido una enfermedad inmuno-prevenible no estaban vacunadas.
Debido a la complejidad del sistema inmune en los humanos, ninguna vacuna ofrece el 100% de protección, pero este mito persistente también se basa en el hecho de que el estado real de inmunización no siempre es registrado de manera correcta y que los números pueden estar manipulados. Más del 90% de los casos de sarampión reportados en 2009 habían recibido menos de las dos dosis recomendadas de la vacuna contra el sarampión.

Mito 3. Las vacunas producen varios daños y efectos secundarios a largo plazo que son todavía desconocidos. La vacunación puede incluso ser fatal.
Realidad. Las vacunas producen efectos secundarios, pero ninguno de ellos son tan severos como las propias enfermedades.
Todos los tratamientos médicos, incluyendo la vacunación, pueden tener efectos secundarios. Pero el dolor, la fiebre leve y los muy raros efectos secundarios graves deben compararse con las consecuencias de sufrir una enfermedad inmuno-prevenible. En el caso de la poliomielitis, estas consecuencias pueden incluir la parálisis; el sarampión puede causar encefalitis y ceguera; y las enfermedades inmuno-prevenibles pueden incluso ocasionar la muerte.

Mito 4. Las vacunas combinadas contra la difteria, el tétanos, la tos ferina y la vacuna contra la poliomielitis causan el síndrome de muerte súbita del lactante.
Realidad. No existe una correlación documentada entre las vacunas y el síndrome de muerte súbita del lactante.
Estas vacunas se aplican en un momento en el que los bebés pueden sufrir el síndrome de muerte súbita (SIDS, por sus siglas en inglés - sudden infant death syndrome), pero no hay una correlación documentada. Sin embargo, estas cuatro enfermedades son potencialmente mortales y los bebés que no están vacunados contra ellas corren un grave riesgo.

Mito 5. Como las enfermedades inmuno-prevenibles están casi erradicadas en América, no hay ninguna razón para ser vacunado.
Realidad. Las enfermedades inmuno-prevenibles todavía existen en América.
Como quiera que la proporción de personas vacunadas está por debajo del 95% en muchos países de América, estas enfermedades pueden rápidamente reemerger en los países en donde eran ya infrecuentes.
En Europa occidental, por ejemplo, desde el 2005 se han presentado brotes de sarampión en Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Suiza y Gran Bretaña. En 2009, más del 82% de los casos de sarampión se presentaron en la parte occidental de Europa.

Mito 6. Las enfermedades inmuno-prevenibles de la infancia son solo un hecho desafortunado de la vida.
Realidad. Las enfermedades de la infancia son graves y pueden conducir a complicaciones severas tanto en niños como en adultos.
Enfermedades como el sarampión, las paperas y la rubeola son llamadas enfermedades de la infancia porque usualmente afectan a los niños. Ellas no son inofensivas y pueden llevar a complicaciones graves, incluyendo el síndrome de rubeola congénita para el caso de la rubeola, y la muerte.

Mito 7. Darle a un niño más de una vacuna a la vez puede aumentar el riesgo de efectos secundarios nocivos que pueden sobrecargar el sistema inmunológico del niño.
Realidad. El sistema inmunológico de un niño maneja varios cientos de cuerpos extraños cada día y puede manejar fácilmente las múltiples vacunas administradas en un mismo tiempo.
Los anticuerpos son proteínas diseñadas para reconocer invasiones nocivas. Los antígenos/anticuerpos a los que se expone un niño a través de los regímenes vacunales son insignificantes en comparación con los que está expuesto un niño todos los días o cuando tiene un simple resfriado o dolor de garganta.

Mito 8. La gripa o influenza es sólo una molestia.
Realidad. La influenza o gripa es una seria enfermedad que mata varios cientos de miles de personas en el mundo cada año.
La enfermedad es extremadamente peligrosa para los niños pequeños, para las personas mayores con quebrantos de salud y para cualquiera que con una enfermedad pulmonar y/o cardiovascular. Además, las personas sin protección pueden ser transmisoras de un virus a los grupos a riesgo, tales como los pacientes hospitalizados o los residentes de hogares para ancianos, donde incluso puede llevarlos a la muerte.

Mito 9. La vacuna contra la influenza o gripa no es muy efectiva.
Realidad. La vacuna contra la gripa o influenza protege al 70% de las personas vacunadas.
A pesar de las vacunas, la gripa hace que mucha gente no vaya al trabajo o a la escuela, lo cual puede llevar a la creencia de que la vacuna no es muy efectiva. De hecho, una amplia gama de virus pueden causar síntomas similares a los de la gripa, que llevan a la gente a pensar que tenían gripa. Adicionalmente, numerosas cepas de influenza circulan durante cada temporada de gripa y la vacuna sólo ofrece inmunidad para las tres cepas más prevalentes.

Mito 10. Es mejor ser inmunizado con la enfermedad que a través de la vacunación.
Realidad. Las vacunas proveen al sistema inmune el conocimiento suficiente para combatir a un virus invasor y pueden prevenir graves complicaciones y la muerte.
Las enfermedades proveen al sistema inmune información más detallada que las vacunas. El sistema inmune necesita solamente cierta cantidad de información para reconocer a un organismo invasor, sin embargo, las vacunas son completamente capaces de proveer esta información para asegurar inmunidad a largo plazo".


Traducción libre y adaptación: Rodrigo Restrepo González 
Safe Creative #1104199019429

(74) LECCIONES APRENDIDAS DE LOS DESASTRES EN EL SECTOR DE LA SALUD / Rodrigo Restrepo G

. 1 de abril de 2011
0 comentarios


Un evento adverso de tipo desastre genera toda una serie de trastornos en la habitualidad de las comunidades, desde las víctimas, afectados y muertos por causa directa de la magnitud del evento, hasta las disrupciones sociales, pérdidas materiales, daños ambientales, económicos y de servicios básicos, entre otros.

El sector de la salud tiene un rol importante en la respuesta inmediata y a posteriori del desastre, pues no solamente se limita a la atención de los heridos y afectados psicosociales del desastre sino que tiene en su haber la garantía de la continuidad de estos servicios, a su máxima capacidad; la evaluación de daños y pronta rehabilitación y reconstrucción de las afectaciones en la prestación de los servicios; el estado sanitario de los alojamientos temporales en lo relacionado con el saneamiento básico; la garantía de que las comunidades afectadas reciban agua segura y en las cantidades apropiadas, así como el balance nutricional adecuado; y la vigilancia de la salud comunitaria para que los sobrevivientes no sean afectados por brotes o epidemias secundarias a los efectos del desastre, al daño ambiental o a la falta de conservación de hábitos saludables.

De manera transversal a todas estas responsabilidades está el tema de la organización previa (preparativos), la coordinación y el manejo adecuado de la información, lo cual se constituye e un factor clave de éxito en el buen desempeño del sector de la salud en la respuesta a los eventos adversos.

Cada desastre representa un reto al sector de la salud en la medida en que permite el ejercicio de los preparativos, de los planes de emergencia y de contingencia, por lo que es siempre pertinente la realización de un ejercicio de evaluación, después de un tiempo prudencial, a fin de identificar las lecciones que ha podido dejar la adversidad y tomar los correctivos necesarios para evitar la repetición de aquellos aspectos que requieren ser mejorados.

A finales del año anterior, con el apoyo de Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional -ASDI, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo -AECID y la Organización Panamericana de la Salud -OPS/OMS, se terminó de producir el video que a continuación les comparto, el cual hace referencia a las lecciones aprendidas en el sector de la salud frente al terremoto del 15 de agosto de 2007 que afectó tres bastas zonas del Perú. Igualmente, a finales del año anterior la OPS/OMS publicó el documento "El terremoto y tsunami del 27 de febrero en Chile: crónica y lecciones aprendidas en el sector salud", en cuyo contenido no sólo describe aquellos aspectos relacionados con el impacto del desastre del 2010 en ese país, sino que expone las lecciones aprendidas en el sector de la salud frente a sus procesos de gestión del riesgo, en especial en lo relacionado con sus infraestructuras, sus preparativos, la organización de la prestación de los servicios, la vigilancia epidemiológica de la salud comunitaria, entre otros.

Evaluar o autoevalar el desempeño del sector de la salud frente a un evento adverso es también un componente ineludible y de mucho valor en la gestión del riesgo frente a desastres.

(73) PROBABILIDAD DE TSUNAMI EN EL CARIBE COLOMBIANO / Rodrigo Restrepo G

. 16 de marzo de 2011
1 comentarios


"Cuando arda el rancho de tu vecino, mira para dentro del tuyo"
Del refranero popular colombiano

El enjambre de terremotos y tsunamis sucedidos esta semana en Japón ha suscitado el interés de conocer hasta dónde se puede presentar una situación similar en nuestro caribe colombiano.

Luego del sismo de magnitud 4,4 con epicentro a sólo 26,6 km al noreste de Barranquilla, del 2 de mayo de 2006, tuve la oportunidad de compartir con Grupo de Estudio de Desastres de Barranquilla - GDB, una presentación en la cual se modelaba la probabilidad de un tsunami en nuestras costas caribes, con base en dos hipótesis muy probables y creibles: 

La primera, tomando como referencia el tsunami de fuente cercana ocurrido frente a Panamá en 1886, el cual presenta una orientación relativamente favorable hacia nuestro caribe. Según el modelamiento hecho con simuladores, la primera ola de este evento llegaría a las costas de Cartagena, donde existe un mareógrafo de monitoreo, en un tiempo aproximado de 40 minutos y produciría una ola apenas superior a los 20 centímetros.

La segunda toma como referencia el sismo de 1843 de fuente lejana, en el área de las Antillas Menores, cerca de la isla Antingua. Según esta hipótesis, el mareógrafo de Cartagena presentaría registros importantes luego de 2 horas y media de sucedido el sismo, con incremento del oleaje en 40 centímetros en promedio.

No obstante los resultados obtenidos, los cuales obedecen a simulaciones y probabilidades con sustento en los antecedentes históricos, es conveniente tener en cuenta que el proceso de cambio climático viene mostrando comportamientos extremos en las últimas tres décadas en relación con los eventos de la naturaleza potencialmente generadores de desastres, hasta el punto que se hace necesario un proceso de reingeniería y de revisión de estándares.

El contexto de los eventos recientes en Japón, que indudablemente corresponden a sucesos mixtos: terremotos (aún activos al momento de escribir este documento), tsunamis, desastre antrópico de tipo tecnológico (plantas nucleares generadoras de energía) y activación volcánica, nos permiten definir esta situación como un Desastre Complejo, donde probablemente la llegada de la ayuda humanitaria y su sostenibilidad va a ser muy dificil y la recuperación va a tomar muchos años, esfuerzos, recursos y solidaridad internacional. Esta solidaridad deberá concientizarnos en la necesidad de incrementar la gestión del riesgo en nuestros países, por ejemplo, evaluando el beneficio de la generación de energía mediante plantas nucleares, frente al riesgo de que éstas transformen un desastre simple en un desastre complejo.

Mientras tanto, se hace necesario y pertinente el fortalecimiento de los Planes Territoriales de Gestión del Riesgo, lo más integrales posibles, con la participación de todos los involucrados incluyendo a la comunidad organizada y con la designación de los recursos necesarios para su ejecución.


Lecturas recomendadas:
Entrevista a Bernardo Aliaga - Radio ONU by giramvndo
  

(72) EL EMPRENDIMIENTO EMPRESARIAL EN COMUNIDADES DE ALTO RIESGO, UNA ALTERNATIVA DE SALUD PÚBLICA INTEGRAL / Alejandro Vargas Gutiérrez

.
1 comentarios



"...Quédese tranquilo doctor, mándeme el medicamento del bueno, no importa que sea más caro y no esté en el POS que yo lo puedo pagar, lo importante es que mi niña se alivie rápido"
Testimonio de un campesino y emprendedor del Municipio de Girardota (Ant) durante consulta externa con su hija de tres años. Febrero de 2011.


Capítulo 1. Gente pobre, gente enferma


Sin lugar a dudas, Robert Evans acertó en su documento sobre las razones para que una comunidad estuviera sana y otra no, al argumentar que es definitiva la jerarquía social y las condiciones socio económicas como determinantes fundamentales del proceso salud-enfermedad. Sobre el tema, ya Lalonde y Dever habían tratado de explicar los determinantes de la salud en las personas y comunidades por medio del factor hereditario, el estilo de vida de las personas, el acceso a los servicios de salud y el medio ambiente que los rodea. Evans sabe, como todo epidemiólogo, que el determinante denominado “condición socio-económica” hace más llevadera cualquier dolencia o enfermedad si se vive en medio de comodidades económicas que sin ellas.

Es más, en nuestro continente, la pobreza está directamente relacionada con un bajo nivel educativo y estos factores sumados favorecen los problemas reales de Salud Pública más frecuentes en nuestro medio, como la desnutrición, la tuberculosis, las infecciones dermatológicas, la caries dental, la gingivitis, el embarazo no planificado a temprana edad, la muerte materna y perinatal, el cáncer de cuello uterino y otras más. Es decir, la pobreza y la enfermedad suelen ir muy bien acompañadas.

Por eso, cuando desde el interior de un Sistema General de Seguridad Social en Salud como el de nuestro país (Colombia), se ofreció una cobertura “universal” para la salud y se distribuyeron carnés para todos y todas, la población más vulnerable aprovechó el más mínimo síntoma de enfermedad para utilizar su nuevo carné, acudir a los servicios de salud y de paso, sentirse menos pobre, pues en calidad de paciente afiliado al Régimen Subsidiado, un paciente adquiere visibilidad ante el Estado y la sociedad. En pocas palabras, un carné de salud del Régimen Subsidiado es como tener un tiquete gratuito para entrar a cine, sólo que durante el viaje no se incluyen algunos derechos o valores agregados como las palomitas de maíz y gaseosa (en el caso del Sistema de Salud los medicamentos de alto costo y los procedimientos complejos aprobados suelen ser una excepción).

Por eso, todos los que reciben carné, terminan usándolo (a veces en exceso) y ante la gran deuda social acumulada que presenta la población más pobre, es casi obvio que las enfermedades de alto costo suelen aparecer pronto y claro está, desequilibran al débil Sistema de Salud y Seguridad Social.

¿Cómo equilibrar el Sistema de Seguridad Social en Salud para evitar crisis del mismo y para garantizar mayor calidad de vida a los habitantes de una comunidad?

Pues tal como se menciona en el título de esta obra: ¡El Emprendimiento Empresarial es la clave!

Es fundamental que en este punto, retomemos la idea de la pobreza y el bajo nivel educativo como determinantes de salud muy cercanos, los cuales a su vez favorecen el ciclo de la enfermedad en una comunidad y pueden llegar a causar hasta la muerte. Por ello, la enfermedad en poblaciones muy pobres sólo se puede controlar adecuadamente cuando la educación, el empleo digno y la innovación están integradas con la atención en salud en la misma comunidad.

Dicho esto, hay una clave esencial para favorecer que una comunidad integre estos elementos. Esta mixtura positiva de elementos que previenen la enfermedad, potencian la salud e impulsan el desarrollo sostenible se denomina Emprendimiento Empresarial.

Lecturas recomendadas:

(71) LA GESTIÓN DEL RIESGO EN LOS HOSPITALES / Rodrigo Restrepo G

. 27 de febrero de 2011
1 comentarios



En todas las capacitaciones que brindamos a los funcionarios de las instituciones prestadoras de servicios de salud relacionadas con la reducción de riesgos frente a desastres, se hace énfasis en que la base de las acciones que se realicen deben enmarcarse dentro de lo que denominamos "Hospitales Seguros", que no es otra cosa que la estrategia propuesta por la Organización Panamericana de la Salud (2008-2010) y la Organización Mundial de la Salud (2008-2010) y adoptada por la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres (2008-2009) y por el Ministerio de la Protección Social (2009) para aportar a uno de los once objetivos de la salud pública, como lo es, la reducción del impacto de las emergencias y los desastres en la salud de las comunidades (FESP).

Hospitales Seguros es la base de la gestión de riesgos frente a desastres en los centros de atención sanitaria en virtud de sus componentes que contemplan la evaluación estructural, no estructural y funcional de la institución a través de una serie de variables que nos permiten determinar un indicador de la seguridad de estas instituciones frente a los diversos tipos de amenazas, que conjugadas con las vulnerabilidades internas nos va a decir qué tanto es el riesgo para los funcionarios, usuarios y visitantes del hospital si se llegase a presentar un evento adverso, llámese emergencia o desastre.

La gestión del riesgo de desastres, que es el conjunto de políticas, instrumentos y medidas orientadas a reducir los efectos negativos de los eventos adversos, comprende una serie de acciones que se deben adelantar en todos los momentos de los desastres; es decir, desde el antes (acciones de prevención, preparativos y obras de mitigación), el durante (la atención propia de la emergencia o desastre) y el después (acciones de recuperación, constituidas por la rehabilitación y la reconstrucción), teniendo como objetivo y clave de éxito la articulación de las diferentes intervenciones en el marco de un proceso de desarrollo sostenible, lo que necesariamente va producir un impacto cada vez menor de los desastres sobre las comunidades.



La gestión del riesgo de desastres en el ámbito hospitalario va mucho más allá de la constitución del Comité Hospitalario de Emergencias o Comité Operativo de Emergencias, y más allá de la elaboración de un Plan Hospitalario para la Respuesta a Emergencias y Desastres. Implica la visión integral y articulada de acciones encaminadas a la prevención de efectos nocivos dentro del hospital, haya o no una emergencia o desastre. Implica el diseño y ejecución de protocolos de actuación ante situaciones de crisis, a la máxima capacidad y, en la medida de lo posible, dentro del ámbito hospitalario. Implica la formulación de políticas internas en busca de una filosofía o estilo de vida institucional fuertemente ligado a la prevención y a la calidad.

Implica también el estudio exhaustivo de las diversas amenazas posibles, probables o inminentes; el estudio exhaustivo de las diferentes vulnerabilidades y la ponderación del riesgo institucional frente a cada una de las amenazas identificadas.

También comprende la elaboración de un diagnóstico de sus existencias de recursos frente a las amenazas, así como la organización operativa para responder a dicha amenaza con una autonomía no inferior a las 72 horas después del suceso.

Pero también implica la capacidad de rehabilitar en el menor tiempo posible aquellos servicios que hayan sido afectados por el evento adverso y que son vitales para la atención, así como la gestión de recursos para la reconstrucción de aquellos servicios que hayan sido altamente afectados y cuya rehabilitación no es posible en el corto plazo.

Finalmente, no olvidar que en el sector de la salud se debe mantener el espíritu investigador en procura de las más eficaces y eficientes metodologías para afrontar los problemas de salud pública. El hospital también puede incluir en su gestión del riesgo frente a desastres, procesos de investigación o de gestión del conocimiento relativos a la reducción de riesgos en desastres.

Todas aquellas necesidades detectadas en los procesos y acciones realizados en la fase del antes del desastre deben acompañarse de proyectos de intervención para reducir las vulnerabilidades funcionales, estructurales o no estructurales detectadas. La falta de recursos nunca será excusa válida para el mejoramiento del índice de seguridad hospitalaria. Esgrimirla sólo será la demostración de falta de gestión y de visión del cuerpo directivo, pues las facilidades están expeditas a través de las normas ministeriales y el apoyo nacional e internacional.

Lecturas recomendadas:

  • Portal Hospitales Seguros frente a Desastres, OPS, accesible en: http://safehospitals.info/, consultado el 27-02-2011
  • Portal del Índice de Seguridad Hospitalaria, OPS-OMS, accesible en: http://bit.ly/ISH-ops, consultado el 27-02-2011
  • Portal de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres en Las Américas, EIRD, accesible en: http://eird.org/, consultado el 27-02-2011
  • Resolución 976 de 2009, Ministerio de la Protección Social, Colombia. Acoge la Iniciativa Global "Hospital Seguro frente a Desastres", como programa nacional para la reducción del riesgo ante desastres en el sector de la salud. Disponible en: http://bit.ly/Res976-09, consultada el 27-02-2011
  • Más sobre las Funciones Esenciales de la Salud Pública, en: http://bit.ly/9CX7RI