(03) SISMO EN BARRANQUILLA / Rodrigo Restrepo G

. 5 de mayo de 2006

















Foto: Barranquilla desde el Satélite y Diagrama del Epicentro del Sismo

En los últimos 7 días hubo algunos eventos geológicos que me llamaron la atención por sus similitudes y sus diferencias y deseo hacer un llamado a la reflexión, más que a la preocupación (pre-ocupar), a la ocupación, en lo que a decisiones se trata.
· Abril 30/06, 06:41 hora local. Sismo magnitud 4,4 con epicentro a 30 km al noroeste de Calima - Darién, al sur del Valle, a una profundidad de 66,1 kilómetros.
· Mayo 2/06, 13:16 hora local. Sismo magnitud 4,8 con epicentro a 26,6 km al noreste de la cabecera municipal de Barranquilla, a una profundidad de 40,3 km, sentido en Barranquilla, Santo Tomás (Atlántico), Palermo (Magdalena) y Cartagena (Bolívar).
· Mayo 3/06, 15:26 GMT. (04:26 hora local). Terremoto de magnitud 7,9 con epicentro en la región de Tonga, en el continente asiático, a 155 kilómetros al sur de Neiafu y 160 kilómetros al nordeste de Nuku'Alofa y a una profundidad de 55 km. Fue sentido en todo el archipiélago de Tonga (170 islas) y seguido de, al menos, cinco réplicas fuertes.

Este último evento prendió las alarmas y el Centro de Alerta de Tsumanis de Estados Unidos lanzó una alerta de tsunami para la costa del Pacífico Sur, dada la magnitud del evento. Fueron necesarias cinco horas de monitoreo para que dicha alerta fuera cancelada por parte del Servicio Geológico de los Estados Unidos.

La evidencia de los últimos dos o tres años nos ha demostrado que en Colombia, y en especial en nuestra Costa Atlántica, no estamos exentos de muchos de los eventos adversos de la naturaleza. Desde el 2002 hemos registrado la presencia de tornados en Barranquilla y muy cerca de ella. Ahora, hemos estado amenazados por eventos geológicos muy cercanos al terremoto y al tsunami. Somos vulnerables.

La vulnerabilidad, factor intrínseco del riesgo, dependerá en mayor o menor escala de los preparativos que se tengan para afrontar amenazas identificadas, así como las obras de mitigación para la reducción del impacto del evento adverso previsto.

Los preparativos implican, por una parte, fortalecer el conocimiento, tanto de los organismos de respuesta y de socorro, como de las autoridades responsables de la Gestión de Riesgos, como de la comunidad, en lo relacionado con la etiología de los eventos adversos, sus variables de comportamiento, sus efectos físicos, económicos, sociales y ambientales, su repercusión en la Salud Pública y las acciones de prevención para minimizar el impacto de esos efectos.

Pero no basta con conocer. También hay que ser consecuentes con las acciones que hay que tomar. Todos sabemos que en un semáforo, cuando la luz cambia de verde a amarillo, hay que reducir la velocidad y detenerse; pero ¿qué es lo que comúnmente hacemos? De eso se trata. Tenemos que educar nuestras conductas a la luz de nuestro conocimiento. Esto se logra a través de ejercicios de simulación y de simulacros.

El conocimiento también nos lleva a identificar nuestras falencias. Y siempre las habrá. Tendremos que adoptar nuevas tecnologías y procurar el recurso físico, humano, técnico y económico para el fortalecimiento de los elementos necesarios para prepararnos ante los eventos adversos, tales como el monitoreo de los niveles de las aguas pluviales, fluviales y marinas; los equipos de respuesta en organismos como Bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, entre otros; los procesos y procedimientos para el manejo de desastres, que deben estar permanentemente chequeados en los Comités Locales de Prevención y Atención de Desastres y el Comité Regional de Prevención y Atención de Desastres. Además, identificar aquellas necesidades de capacitación y actualización de los funcionarios con responsabilidad en el tema.

Y finalmente, se hace necesario darle la participación pertinente a la comunidad, quienes podrán ser los beneficiarios de las acciones de prevención y mitigación de desastres, considerándolos como los damnificados del desastre que pudimos evitar. Es decir, organizándolos en agentes comunitarios de la gestión de sus propios riesgos, lo cual contribuirá en la apropiación de sus propias soluciones, de la mano con las autoridades, y facilitará vencer la resistencia que el afecto produce en el ser humano cuando se identifica que su entorno representa un riesgo para su subsistencia. Siempre será difícil convencer a quien vive y subsiste cerca de un volcán para que se aleje de él.

Serán las obras de mitigación el complemento a todo lo anterior, cuando se puedan intervenir, por ejemplo, la canalización de arroyos, la construcción de diques de contención, el reforzamiento estructural de edificios, en especial de centros de atención en salud; entre otras.

Todo esto tiene un costo y siempre habrá limitaciones de recursos. Pero lo que no debe existir es la limitación mental. Los límites del hombre están en su mente; de no ser así, ni siquiera la rueda existiera. La Gestión del Riesgo implica la planeación y acción desde el antes del desastre, en el durante y en el posdesastre. Realmente hay recursos. Ya se han ejecutado más de mil millones de pesos en Pasto (de nuestros impuestos) y el volcán Galeras aún no ha erupcionado en esta nueva alerta. No he incluido aquí los recursos propios de los organismos de socorro ni los de la ayuda internacional, que también han sido importantes. Entonces, lo que se necesita es Gestión.

Como ven, mi objetivo no es un llamado a la preocupación sino a dar el siguiente paso… ocuparnos!

Fuentes:
· INGEOMINAS, en
http://www.ingeominas.gov.co/
· Diario El Tiempo, en http://www.eltiempo.terra.com.co/
· Servicio Geológico de los Estados Unidos, en
http://earthquake.usgs.gov/

Ir a: Restrepo R.: "Probabilidad de tsunami en el Caribe colombiano", en GiraMundo, disponible en: http://giramvndo.blogspot.com/2011/03/73-probabilidad-de-tsunami-en-el-caribe.html, publicado el 16-03-2011



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5 comentarios:

Giramundo dijo...

Para mis amables lectores que por causalidad caen en este escrito en busca de noticias sobre predicciones o premoniciones de terremoto en Barranquilla para los próximos días, les comparto:

1. Todavía no existe ningún equipo o tecnología conocida capaz de predecir movimientos telúricos, como sí los hay para erupciones volcánicas, y los huracanes, que son los eventos con mayored desarrollos en monitoreo y con todo y eso, no simpre se acierta con el tipo de erupción (Santa Helena) o el curso del Huracán (Miami).
2. En relación con personas con capacidades extrasensoriales de tipo premoniciones, no he conocido a ninguna como para decirles a mi leal saber y entender que existen, pero seguramente los hay, y seguramente con muchos aciertos. Sin embargo, no soy dado a dejarme influir por cábalas como los horóscopos, el Tarot y otros tipos de estrategias que se valen de la influencia y convencen a los individuos. Los respeto, pero probablemente la casualidad y la habilidad tienen mucho que ver con sus aciertos.
3. Existen un par de antecedentes de predicciones de terremoto en Bogotá, Colombia, que lograron generar pánico y hasta evacuaciones de edificios, pues hasta la hora del evento había sido predicho. Y finalmente, no se ha dado tal terremoto.
4. Los efectos del pánico pueden ser peor que los reales efectos que pueda tener un movimiento telúrico de cualquier magnitud, incrementando la vulnerabilidad de las personas y, en especial, del colectivo. En todo momento hay que conservar la calma y evitar la generación del pánico colectivo.
5. En el pasado reciente, Barranquilla está clasificada como de riesgo medio a bajo frente a sismos, en virtud de su ubicación frente a las tres grandes fallas continentales que atraviesan el país y las fallas oceánicas, en especial la del atlántico; sin embargo, los terremotos de Haití y de Chile han producido movimientos terrestres de hasta tres metros en algunas zonas, medidos ya con GPS, lo cual implica que el comportamiento geológico habrá que cotejarlo con estudios más recientes y estudios prospectivos.
6. Ante todo, hay es que aprovechar la oportunidad por parte de las autoridades y fortalecer el componente de Prevención y Atención de Desastres del Distrito y del Departamento, involucrando el componente comunitario, tal como lo han hecho otras ciudades en el país. Los preparativos han de hacerse para los principales eventos adversos con mayor probabilidad, no sólo para los movimientos sísmicos.
7. Si de preparativos se trata, mucho hay ya desarrollado frente a el tema que nos convoca. Una muy buena opción la encuentran en la página www.conlospiesenlatierra.com donde encontrarán "las seis jugadas maestras" del qué hacer frente a los sismos. Pero esto es exitoso en la medida en que esté concientemente acompañado por las autoridades competentes.
8. Finalmente, recordemos que somos cuerpo, mente y espíritu. Esto en su conjunto es la manifestación de la energía que somos. Vivamos en paz, sin odios, sin rencores y sin temores; siempre, agradecidos de la Bondad Divina.

Giramundo dijo...

Por favor, acepten mi disculpa. Corrijo el enlace del comentario anterior:
www.conlospiesenlatierra.gov.co
Y anexo enlace a un documento sobre este tema: http://www.fopae.gov.co/portal/page/portal/fopae/sismos/documentos/cartilla.pdf

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt dijo...

Muy interesante el enfoque del riesgo en Barranquilla. Una pregunta, qué pasaría si ocurriese en sismo cercano a Barranquilla, de menor profundidad y superior a 5 en Richter? escríbame a victor.marenco@gmail.com

Giramundo dijo...

Hola Víctor. Gracias por su visita y su inquietud.

Realmente existen pocos antecedentes para realizar una aproximación probabilística de las consecuencias de un movimiento telúrico con esas características. Adicionalmente a estas dos variables, de profundidad (superficial) e intensidad (5 Richter), existen otras variables como el tipo de choque de placas, el momento del evento, entre otras, que podrían influir en diferentes comportamientos esperados o escenarios.

En términos generales, lo importante es tener un inventario de los riesgos más probables para la ciudad, en términos de las amenazas; identificar las vulnerabilidades frente a cada una de esas amenazas; verificar cuál es la capacidad de respuesta frente a esta interacción de amenaza y vulnerabilidad, y establecer las acciones frente a esta ponderación, desde los diferentes frentes de intervención, incluyendo la capacitación a las comunidades a riesgo y el fortalecimiento de los diferentes actores responsables de la respuesta dentro del Sistema Distrital para la Gestión del Riesgo (Ley 1523 de 2012).

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt dijo...

Muchas gracias Rodrigo por su respuesta, le comento que he hecho tres escritos más en mi blog relacionado con el impacto positivo del conocimiento geológico para la ciudad de Barranquilla. Si gusta, visítelo por favor y me deja sus comentarios. Mi celular es el 3104291600. Cómo es el suyo? Es posible llamarlo para hacerle unas preguntas?

La reacción de las laderas a un terremoto superficial me preocupa mucho porque pueden generar deslizamientos mucho más severos. Aunque todos estos casos se han visto y hay situaciones exluyentes, traigo a relación el tema del terremoto de mitad del siglo XVIII en la ciudad de santa Marta. Creo que este mismo se pudo sentir con mucha fuerza en la Barranquilla de aquellos años.

Saludes cordiales