(33) LOS HOSPITALES Y LOS DESASTRES / Rodrigo Restrepo G

. 11 de mayo de 2008
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En mi escrito del 31 de julio de 2007 toqué el tema de los Hospitales Seguros, en el cual hice mi acostumbrada motivación a la acción. Veinte días después fui testigo de la destrucción de los dos importantes hospitales de la localidad de Pisco en Perú. 7,9 grados de magnitud fueron suficientes para dejar a más de 830.000 habitantes de la región y pueblos circunvecinos sin los servicios atención en salud de mediana y alta complejidad. Se perdieron en segundos un número aproximado de 140 camas hospitalarias.



Del número oficial de fallecidos (519), al menos una persona perdió la vida al interior de uno de estos centros asistenciales. Afortunadamente el daño estructural no culminó en colapso, pues el número total de muertes hubiera sido mucho mayor
En el post impacto inmediato, la atención de heridos se llevó a cabo por parte del personal que recién iniciaba su turno. Fue un momento de caos. Para estos momentos hay que estar preparados.

Amigo lector; ¿Cuántos centros asistenciales están realmente preparados en su localidad para la atención de heridos en masa? Después del terremoto de agosto del 2007, ¿cuántos nuevos desastres han ocurrido? ¿Cuántos hospitales o sencillos centros asistenciales de baja complejidad han resistido el evento adverso? ¿Cuántos han colapsado?

La Campaña de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, “Hospitales Seguros frente a los Desastres", hace énfasis en la labor sobre la seguridad estructural de hospitales e instalaciones médicas, en mantener instalaciones médicas funcionando durante y después de un desastre, y en preparar a los trabajadores de salud a enfrentar las amenazas naturales. Es el momento de tener cifras de hospitales o centros de salud “perdidos” frente a los desastres del año, así como las cifras de las inversiones que puedan llamarse “hospitales seguros”, instituciones de salud que pasaron la prueba de los eventos adversos en la región. O instituciones que, a pesar de que no han estado expuestos a eventos adversos, han realizado acciones de mitigación y procesos de preparativos que les permite poder llamárseles “hospital seguro”.



El Ciclón Nargis golpeó Myanmar (o Birmania o Burma) entre el 2 y el 3 de mayo pasados y, a la fecha, dada su situación política y las características de vulnerabilidad global, se desconoce a cabalidad los daños sufridos en sus instalaciones de salud. Pero con todos los antecedentes y el desarrollo que ha tenido la respuesta al desastre, de seguro que este es uno de los componentes que contribuye al mantenimiento de la situación de crisis en la salud de esta comunidad afectada.
Trabajemos en Prevención y en Mitigación en los Hospitales y Centros Asistenciales de Salud, a fin de garantizar su funcionamiento después de una emergencia o desastre.


Lectura recomendada:






¿Su hospital es seguro? Preguntas y respuestas para el personal de salud, Serie Manuales y Guías sobre Desastres No. 11, Organización Panamericana de la Salud, julio 2007, diponible en: http://www.paho.org/Spanish/DD/PED/HospitalSeguro_PR.htm



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(32) QUE HACER FRENTE AL CAMBIO CLIMATICO / Rodrigo Restrepo G

. 15 de abril de 2008
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Opera en ti mismo el cambio que deseas ver en el mundo
(“Be the change you want to see in the World”)
Mahatma Gandhi

El Día Mundial de la Salud del pasado 7 de abril puso en relieve los efectos que el cambio climático produce sobre la salud de la comunidad y la necesidad de preparar los sistemas públicos de la salud para enfrentar este nuevo reto que repercute globalmente en los perfiles de enfermedades y muertes en las poblaciones. Pero también fue motivo de reflexión, pues los seres humanos tenemos que actuar para contribuir en la prevención y solución del problema.

El cambio climático se ha venido estudiando desde hace muchos años, pero desde hace casi 30 años, producto de algunas investigaciones que sobre el tema se hacían a finales de los 70’, ya se ponían en contexto diversas advertencias, que no pocos gobiernos las tomaron como predicciones de mal agüero y sin fundamento, mientras que otros asumían tímidamente acciones de protección, más como recomendaciones que como políticas públicas propiamente dichas. El 9 de mayo de 1992 se firmó en Nueva York el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el cual representa el compromiso de los Estados en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, tema que ya tenía la suficiente evidencia científica que ameritaba acciones impostergables. En 1998 se firmó en Kioto el Protocolo correspondiente.

Pero el enfoque de la prevención no fue tan agresivo como se requería. Pactos y acuerdos se firmaron. Algunos se negaron a firmarlo. Lo cierto es que ya estamos viviendo las consecuencias y esto es apenas el comienzo.

Luego de casi tres décadas pudiéramos preguntarnos si todavía hay tiempo para frenar el cambio climático o incluso comenzar a revertirlo. O quizá solo alcanzamos a reducir sus impactos, en especial sobre la salud de la comunidad.

Podemos aplicar todavía el enfoque de la gestión del riesgo y, definitivamente hacer un pacto personal, individual, de supervivencia, de no agresión. Un propósito de ser amables con el ambiente y reducir la huella de carbono. Y luego, trascender al pacto institucional; al lugar en el que pasamos la mayor parte del día: en el trabajo, en la universidad, en el colegio o en la calle. Ya hay muchos ejemplos de ello. Hay mucha información disponible.

Pero a las autoridades también les compete incrementar la promoción de los cambios actitudinales de la comunidad. Los Ministerios del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales, los entes relacionados en el nivel local; el trabajo interinstitucional con el sector salud, el sector minero, el de energía, entre otros, son quienes hoy en día deben asumir este compromiso de divulgación de la información disponible y de las buenas prácticas para la gestión del riesgo frente a los efectos del cambio climático. Y ante la evidencia, es necesario implementar procesos de monitoreo y de evaluación de los impactos que se obtengan con las acciones emprendidas, así como documentar las experiencias exitosas.

Este problema no tiene fronteras y requiere el mayor compromiso y esfuerzo de los países industrializados que son los mayores productores de este fenómeno y que, lamentablemente, sus repercusiones han golpeado con mayor severidad a los países más vulnerables por su situación de desarrollo y sus diversas vulnerabilidades.

Quizá sea una utopía pensar en frenar y comenzar a revertir el cambio climático, pues para ello se requiere de un consenso real de los Estados, de un real compromiso de los habitantes del Planeta y de mayor investigación, pues aunque algunos de los cambios han venido siendo pronosticados, todavía hay efectos impredecibles, en especial en el clima. El retorno a la normalidad, es decir, al sistema climático que gozamos la humanidad hasta finales de los 60’, probablemente dependa también del proceso de adaptación natural que el Planeta, como organismo vivo que es, pueda alcanzar.

Mientras se logra el acuerdo universal para curar nuestro planeta, debemos establecer los preparativos desde la salud pública para incrementar la vigilancia epidemiológica de aquellas enfermedades tropicales que ya sabemos que aparecerán en zonas donde nunca se imaginó que pudieran aparecer. Preparar también los sistemas de atención en salud para casos de brotes y epidemias. Fortalecer la función esencial de la salud pública relacionada con la reducción del impacto de las emergencias y los desastres en salud. Y, en la medida de lo posible, de manera intersectorial, identificar las vulnerabilidades de las obras civiles que son esenciales para el normal funcionamiento de las comunidades, a fin de mitigar los impactos de los eventos adversos.

Lecturas relacionadas:
  1. Protocolo de Kioto, Kioto, 1999, 25 pags, consultado el 15-04-08, disponible en: http://unfccc.int/resource/docs/convkp/kpspan.pdf

  2. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Nueva York, 1992, 27 pags, consultado el 15-04-08, disponible en http://unfccc.int/resource/docs/convkp/convsp.pdf

  3. Guía práctica de la “oficina verde” – recomendaciones del Gobierno Vasco para respetar el medio ambiente en su oficina, 2002, 49 pags, consultado el 15-04-08, disponible en http://www.ops-oms.org.pa/2008/Proamb/Docs/PUB-2002-008-f-C-001oficinaverde.pdf

  4. Guía de buenas practicas ambientales de oficina, Fundación Empresa Universidad de Granada, 2003, 18 pags, consultado el 15-04-08, disponible en: http://feugr.ugr.es/docs/GuiaBuenasPracticas.pdf

  5. La reducción de su huella de carbono puede ser buena para la salud, Organización Mundial de la Salud, 2008, 4 pags, consultado el 14-04-08, en http://www.who.int/world-health-day/toolkit/annexe%201-S.pdf

  6. La reducción de la huella de carbono del sector salud, Organización Mundial de la Salud, 2008, 2 pags, consultado el 14-04-08, en http://www.who.int/world-health-day/toolkit/annexe%202-S.pdf


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(31) DIA MUNDIAL DE LA SALUD 2008 / Rodrigo Restrepo G

. 3 de abril de 2008
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Cada 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, en conmemoración a la creación de la Organización Mundial de la Salud, que este año cumple 60 años de exitencia. Y el lema no puede estar más acorde con la coyuntura mundial del Planeta: "Protegiendo la Salud Frente al Cambio Climático".

El Mensaje de la Dra. Mirta Roses, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, es contundente (4 minutos). Mayor información sobre este tema, en:
http://www.paho.org/Spanish/DD/PIN/whd2008.htm








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(30) EL DERECHO A LA SALUD / Rodrigo Restrepo G

. 9 de marzo de 2008
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“El Derecho a la Salud” es la forma abreviada de expresar su definición: El Derecho que tiene toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Y aunque el contenido de lo que representa esta definición es bastante amplio, como se expone abajo, en su texto hay una característica sobresaliente: el más alto nivel posible, lo cual supone el mayor esfuerzo posible para los Estados, la mayor cantidad de recursos disponibles para el sector; todo en busca de algo más que liberar al individuo de afecciones o molestias y proveer las condiciones que le permitan desarrollarse sanamente y gozar de un nivel de vida adecuado con el mayor nivel posible de salud.

Como se trata de un Derecho, la competencia legal de la garantía de este derecho recae directamente sobre Estado, a través de sus autoridades. Pero como no hay derecho sin deber, es responsabilidad de todos los ciudadanos velar por que nuestras acciones u omisiones no atenten contra el derecho que tiene la comunidad al goce efectivo de la salud. Además, existen los factores determinantes de tipo biológico o genético y los estilos de vida que de alguna manera influyen sobre la salud, más allá del ejercicio de la garantía del derecho a la salud por parte de los Estados.

Ahora bien, en el marco de los Derechos Humanos, existe un vínculo complejo entre éstos y el derecho a la salud, en la medida en que el no cumplimiento o la vulneración de los derechos humanos necesariamente repercute sobre la salud individual y colectiva. Para las comunidades más postergadas, la omisión de acciones para proteger y garantizar sus derechos fundamentales incrementa su vulnerabilidad a la enfermedad. Los tratos crueles, torturas físicas y psicológicas y otros tipos de prácticas proscritas en algunos de los derechos humanos repercuten de manera directa sobre la salud. Y la violación de derechos vinculados al desarrollo del derecho a la salud, como el derecho a la participación, a la no discriminación, a la intimidad y a la información, entre otros, también va a repercutir de alguna manera sobre la salud.

Son cuatro los criterios con los cuales se puede evaluar el respeto del derecho a la salud: Disponibilidad, Accesibilidad, Aceptabilidad y Calidad. Brevemente, sintetizo los elementos esenciales que deben constituir de manera integral el derecho al goce del más alto nivel de salud, tomando en cuenta de manera transversal los cuatro criterios ya descritos:
  • Condiciones sanitarias saludables, agua potable, saneamiento básico apropiado.
  • Suministro de alimentos y nutrición apropiada y balanceada.
  • Educación en prácticas saludables promotoras de salud.
  • Prevención y lucha contra enfermedades endémicas locales.
  • Inmunización contra las principales enfermedades infecciosas
  • Atención integral en salud y provisión de medicamentos esenciales en establecimientos seguros, cuyo funcionamiento se mantenga a pesar de los eventos adversos, en especial los de origen natural.
  • Implementación de programas dirigidos a la salud materno-infantil y la salud sexual y reproductiva.
  • Participación de la comunidad en la planificación, organización, funcionamiento y control, tanto en lo relacionado con la atención como en la formulación de políticas, en especial la facilitación de la participación de aquellas comunidades más postergadas o con mayor vulnerabilidad identificada.
  • Adecuado sistema de referencia y contrarreferencia.
  • Gestión interinstitucional para la atención integral de los problemas de salud desde los distintos sectores.
  • Fortalecimiento de los sistemas de información para el análisis y seguimiento de la situación de salud de la comunidad y para la rendición de cuentas.
  • Recursos humanos en salud preparados, comprometidos sensibilizados y bien remunerados, que tengan en cuenta los recursos comunitarios y sus saberes.
  • Garantía de la privacidad, la confidencialidad, la no discriminación y la equidad.
En la definición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio directamente relacionados con la salud se aprecian incorporados algunos de los elementos esenciales del derecho a la salud e inexorablemente todos ellos están incorporados en las Funciones Esenciales de la Salud Pública. En los planes de desarrollo territorial pero en particular en los planes territoriales de salud pública, deben incorporse estos elementos esenciales en busca de ese más alto nivel de salud, proponiéndose metas e indicadores, rindiendo cuentas de los esfuerzos para el logro de esas metas y apropiando los recursos necesarios y gestionando recursos de cooperación para la garantía del ejercicio del derecho a la salud.
Lecturas recomendadas:
  1. Nuestro derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, Human Rights Centre – University of Essex; International Federation of Health and Human Rights Organisations; mayo 2007, 7 páginas.
  2. Veinticinco preguntas y respuestas sobre salud y derechos humanos, Organización Mundial de la Salud, 2002, 26 páginas.
  3. El Derecho a la Salud, Programa Derechos Humanos del Centro Europa–Tercer Mundo – CETM, Ginebra, mayo 2006 (reimpresión versión corregida, septiembre 2006), 68 páginas.
  4. Derecho a la Salud. Situación en países de América Latina, Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo; Asociación Latinoamericana de Medicina Social – ALAMES; 2007, 250 páginas.
  5. Vea una Presentación preparada por el suscrito sobre El Derecho a la Salud en el marco del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, aquí.
  6. Otras publicaciones de la Organización Mundial de la Salud así como otros materiales relacionados con la salud y los derechos humanos, disponibles en www.who.int/hhr/activities/publications/en




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(29) DECLARACION CONTRA LA GUERRA

. 5 de marzo de 2008
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"Si los estados tienen la obligación irrenunciable de evitar los desastres para proteger la vida, la integridad, los bienes y las oportunidades de sus comunidades, con mayor razón tienen la obligación de impedir una guerra"




Recibí mensaje de miembros de La Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina - LA RED, quienes están convocando la firma de una declaración contra la guerra, a propósito de la crisis diplomática de esta semana entre Ecuador, Venezuela y Colombia. No dudé en adscribirme y solicitar autorización para su difusión por este medio. Este es el Contenido:

"DECLARACIÓN CONTRA LA GUERRA DESDE LA GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES

Marzo 4 de 2008

Suscribimos esta declaración (a título personal, a menos que se indique lo contrario) un conjunto de ciudadanos y ciudadanas oriundos o vinculados a América Latina y el Caribe, que en distintos escenarios y desde distintas profesiones y actividades, nos dedicamos de manera permanente a propiciar la reducción de los riesgos de distinto origen que pesan sobre nuestra región, con el objeto de evitar que se conviertan en desastres.

Con ese objetivo común trabajamos con instituciones y funcionarios de gobiernos nacionales y regionales, con autoridades locales, con organizaciones científicas, con organismos de socorro, con comunidades de base, con instituciones académicas, con medios de comunicación y con organismos internacionales, con los cuales hemos realizado aportes importantes y concretos, desde el pensamiento y desde la práctica, para que eso que llamamos “gestión del riesgo” entre a formar parte de las políticas públicas y, poco a poco, del quehacer normal y cotidiano de nuestras comunidades.

Hoy registramos con preocupación que, en este momento concreto, LA MÁS GRAVE AMENAZA QUE SE CIERNE SOBRE LAS GENERACIONES PRESENTES Y FUTURAS DE COLOMBIA, DEL ECUADOR Y DE VENEZUELA, ES LA GUERRA. Una amenaza que, a diferencia de algunas de origen natural, como los terremotos o las erupciones volcánicas, es totalmente evitable, pues sólo depende de la voluntad humana. Esta amenaza da lugar al peor de los desastres posibles, que anularía los avances que durante décadas han realizado Estados y comunidades con miras a eso que llamamos “desarrollo”, y solamente beneficiaría a quienes, a lo largo de la historia humana, han encontrado en la guerra un buen negocio. A costa, claro, de la vida, del sufrimiento, del dolor y de las pérdidas económicas, materiales, ecológicas y de oportunidades de los pueblos que las padecen. Fuera de éstos que llenan sus bolsillos con la muerte planificada, las guerras solamente dejan perdedores.

En gran medida la enorme destrucción que causó el huracán Mitch en Centroamérica, se debió al debilitamiento de los países que, durante años, fueron azotadas por la guerra.

Los habitantes del mundo tenemos derecho a la paz, que es una expresión concreta del Derecho a la Vida y a la calidad de la vida, sin el cual es imposible el ejercicio de los demás Derechos Humanos. Los ciudadanos y ciudadanas de Colombia, del Ecuador y de Venezuela, al igual que los de los demás países de la región, que inevitablemente se vería afectados por una guerra entre países hermanos, exigimos de nuestros gobiernos que se nos respete ese Derecho y que generen las condiciones que nos permitan ejercerlo.

No hay conflicto entre naciones que no pueda ni deba ser resuelto, de manera pacífica, dentro del marco del Derecho Internacional y teniendo como brújula la voluntad de Paz y el respeto a la vida.

Si los Estados tienen la obligación irrenunciable de evitar los desastres para proteger la vida, la integridad, los bienes y las oportunidades de sus comunidades, con mayor razón tienen la obligación de impedir una guerra. Tienen el deber de no provocar una guerra, por nobles, necesarios o altruistas que puedan ser o parecer los motivos que blanden.

Hacemos un llamado a las comunidades de todos los países de América Latina y del Caribe y a las instituciones y organizaciones nacionales e internacionales que desde distintos campos trabajamos en beneficio de la calidad de la vida de la naturaleza y de los seres humanos, para que de manera expresa y contundente reafirmemos ante los Gobiernos y Estados ese MANDATO ciudadano: tenemos Derecho a la Paz, tenemos Derecho a la Vida, tenemos derecho a un verdadero desarrollo, equitativo y democrático, y corresponde a ustedes y entre ustedes, de manera inmediata, establecer los acuerdos necesarios para que esos derechos sean respetados.

Ante nuestros países, ante la región y ante el mundo, dejamos constancia expresa de que no nos sentiremos representados por ningún Gobierno que incumpla ese MANDATO y que propicie una guerra.

Y a los medios de comunicación de todas las tendencias los convocamos para que difundan el Derecho a la Paz que tienen las comunidades, en lugar de atizar la hoguera con argumentos y pasiones para legitimar la guerra."

Firman:
  • GUSTAVO WILCHES-CHAUX
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - C o l o m b i a

  • ANTHONY OLIVER-SMITH
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Florida, Estados Unidos

  • ELIZABETH MANZILLA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED- México

  • RAUL ESTEVEZ – Venezuela

  • OMAR DARÍO CARDONA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Colombia

  • MISAEL MURCIA GARCÍA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

  • XIMENA GARCÍA
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

  • PABLO TORREALBA - Chile

  • ALEJANDRO LINAYO
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela

  • ANDRÉS VELÁSQUEZ
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Colombia

  • CRISTINA ROSALES CLIMENT
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Colombia

  • NAYIBE JIMÉNEZ PÉREZ
    Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia

Para bajar el Documento: Click Acá

Para suscribirse, enviar e-mail a wwwmngr@desenredando.org colocando en el asunto la palabra "firma" e incluir en el cuerpo del mensaje su nombre completo, institución y país.

(28) GESTION DE RIESGO EN EL PLANETA / Rodrigo Restrepo G

. 6 de febrero de 2008
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Reflexión Breve.

El mundo católico ha celebrado hoy la ceremonia de La Ceniza, como símbolo de cuán pequeños somos ante los ojos de la Creación. Venimos del polvo y al polvo hemos de volver.

Independientemente del credo religioso que profesemos e independientemente del credo religioso del autor del video que verás a continuación (menos de 4 minutos), hagamos una breve reflexión sobre nuestra existencia, sobre la razón de ser y de convivir entre nosotros y sobre nuestra supervivencia

(27) ERUPCION VOLCAN GALERAS ENERO 17 DE 2008 / Rodrigo Restrepo G

. 18 de enero de 2008
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Secuencia gráfica de la erupción del Volcán Galeras del 17 de enero de 2008 a las 20:06 hora local.

Fuente:
Ingeominas,
www.ingeominas.gov.co
Imágen del volcán en tiempo real,
http://intranet.ingeominas.gov.co/pasto/Imagen_en_l%C3%ADnea